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Según el CNT, 70 por ciento de la población en la capital no tiene acceso al líquido

Unicef enviará a Libia cinco millones de litros de agua

Un dirigente de los alzados asegura que los pobladores de Trípoli no padecen escasez

Los insurrectos cercan Sirte, el bastión de Kadafi

Aún no hay rastro del líder libio

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Pobladores de Ajdabiya, localidad ubicada 160 kilómetros al sur de Bengasi, bastión de los alzados contra Muammar Kadafi, intentan saquear un bancoFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Lunes 29 de agosto de 2011, p. 24

Trípoli, 28 de agosto. El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) anunció hoy que enviará a Libia cinco millones de litros de agua que llegarán desde países vecinos. Previamente, el Consejo Nacional de Transición (CNT) reconoció que la capital sufre una crisis y que 70 por ciento de la población no tiene acceso al agua corriente, aunque subrayó que las mezquitas son puntos de distribución.

El Unicef indicó en un comunicado que fueron repartidas 23 mil botellas de agua en los mayores hospitales de Trípoli y este lunes continuará la entrega, pero la situación resulta muy desfavorable y pudieran aparecer varias enfermedades asociadas a la falta de acceso al líquido.

Según Christian Balslev-Olesen, vocero de Unicef, el organismo responde a las necesidades en Trípoli, pero estamos preocupados por lo que sucederá en los próximos días. Existe la posibilidad de que se desate una epidemia sanitaria sin precedente.

El CNT reconoció hoy que la capital del país sufre una crisis humana.

Sin embargo, Fayzal Gergea, dirigente de los sublevados encargado del problema, sostuvo: no hay problema de agua potable en Trípoli.

En los suburbios de la capital prácticamente no escasea el agua, ya que las casas disponen de pozos y bombas individuales.

Los insurrectos libios, que desde marzo pasado fueron apoyados por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en su lucha contra Muammar Kadafi, afirmaron este domingo haber liberado a unos 10 mil prisioneros del régimen, y estimaron que casi 50 mil están desaparecidos.

Se estima que entre 57 mil y 60 mil personas fueron arrestadas en los últimos meses, declaró Ahmed Omar Bani, vocero militar de los rebeldes en la ciudad de Bengasi.

Entre 10 y 11 mil fueron liberados. ¿Dónde están los demás?, preguntó sin precisar de dónde obtuvo ese registro.

En el plano político, el jefe del gobierno de transición, Mahmud Yibril, reconoció que el régimen aún no ha sido derrocado, en declaraciones al diario árabe Shark al Awsat. Para él la caída de Trípoli es un símbolo, sostuvo.

Sin embargo, el comandante rebelde Salem Derbi aseguró que la insurgencia no negociará con Kadafi, pues el hasta ahora líder libio es ya un asunto del pasado. No habrá nunca negociaciones con Kadafi. Ha sido apartado (del poder) para siempre, declaró a Al Jazeera.

Hasta el cierre de esta edición, seguía sin haber rastro del paradero del líder libio.

Aunque en Trípoli continúan los enfrentamientos aislados entre rebeldes y fieles a Kadafi, la situación vuelve poco a poco a la normalidad. Este domingo los comercios reabrieron y los jóvenes empezaron a limpiar las calles y a retirar los escombros, reportaron por separado las agencias Afp y Dpa.

En el este del país, los alzados se acercaban a Sirte y afirmaron estar a sólo 30 kilómetros al oeste y a 100 kilómetros al este de dicho bastión de Kadafi.

Estamos negociando con las tribus de la zona para que Sirte se rinda pacíficamente, declaró Mohamed Fortiya, comandante de las fuerzas sublevadas de la región.

En el oriente del país los opositores armados anunciaron la caída de Ben Yawad, 140 kilómetros al este de Sirte, un blanco que no habían logrado superar en las muchas fluctuaciones del frente desde el comienzo del conflicto, en febrero.

En el oeste, sin embargo, cayeron en una emboscada en la localidad de Ragdalin, a unos 60 kilómetros de la frontera con Túnez, donde libraban combates con armas pesadas.

Los insurectos habían tomado el viernes el control del principal paso fronterizo con Túnez, tras lo cual ganaron más terreno el sábado.

En este contexto, pobladores de localidades como Ajdabiya, al sur de Bengasi, han protagonizado disturbios y saqueos.

A todo esto, Abdelbaset Alí Mohmet Megrahi, el único condenado por el atentado de 1988 contra un avión de PanAm que estalló en pleno vuelo sobre la ciudad escocesa de Lockerbie, con saldo de 270 muertos, está en coma y cerca de la muerte, informó CNN. Megrahi padece cáncer terminal y vive en Trípoli bajo los cuidados de su familia desde que fue liberado por las aurtoridades escocesas, en 2009.