Por primera vez durante su gobierno, el presidente Felipe Calderón se declaró preocupado por el muy alto número de personas desaparecidas en el país a causa del crimen. Lo hizo mientras rechazó que la nueva Procuraduría Social de Atención a Víctimas de Delitos vaya a fracasar.

Calderón inauguró ayer esta nueva instancia, cinco días antes de reunirse con el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, encabezado por el poeta Javier Sicilia, quien promovió la atención a víctimas, pero descalificó esta procuraduría por considerarla un maquillaje.

El Presidente convocó a ir más allá del reclamo y que transformemos la indignación, que por supuesto todos sentimos ante la violencia criminal, y la transformemos en acciones eficaces, en propuestas viables, en responsabilidades compartidas que permitan construir ese gran frente común contra la violencia y contra la inseguridad que necesita México.

En las instalaciones, ubicadas en la colonia Del Valle –que durante la mañana estuvieron cercadas por decenas de elementos del Estado Mayor Presidencial–, el mandatario federal pidió traspasar cualquier línea política e ideológica para apoyar a las víctimas del delito.

Con ello pareció dar respuesta a Javier Sicilia, quien comentó el pasado 7 de septiembre que el Ejecutivo pretende debilitar al movimiento de víctimas con instancias que –consideró el poeta– no tienen sustancia ni recursos económicos.

Por la premura con que el gobierno federal puso en marcha la nueva procuraduría, ésta nació sin presupuesto asignado y ayer sus oficinas todavía eran habilitadas por algunos trabajadores.

A la ceremonia acudieron varios integrantes del gabinete, así como el titular de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF), Miguel Ángel Mancera, hecho celebrado por el Presidente por reflejar el buen trabajo de coordinación con el gobierno capitalino.

Asistieron integrantes ciudadanos de la junta de gobierno –conformada también por funcionarios del gobierno federal–, como Alejandro Martí, Isabel Miranda de Wallace, María Elena Morera y Patricia Caso. De hecho, Morera se declaró escéptica con esta instancia, por considerar que también corre el riesgo de fracasar, porque en el país a veces acostumbramos inventar proyectos vacíos, aunque política y mediáticamente rentables.

Martí se mostró más optimista ante la prensa y rechazó que la nueva procuraduría sea una farsa y sus representantes ciudadanos se hayan prestado a legitimarla.

Sin dar cifras, Calderón declaró: Tengo la preocupación de que el número de personas desaparecidas es muy alto en el país, y que mucha de esa información está dispersa en las distintas instancias, sobre todo de carácter local, que es donde la gente va a denunciar, a pedir información, y no sabemos el tamaño del problema.

Tampoco mencionó al movimiento liderado por Sicilia; recordó la reunión sostenida con ellos como un ejercicio democrático de diálogo en el que escuchó entre lágrimas de tristeza y de rabia a las víctimas de la delincuencia. Pidió que las víctimas no sean canalizadas a otras oficinas, sino llevadas de la mano y acompañadas hasta todo lo que sea humana y legalmente posible hacer.

En respuesta a Morera demandó que se señalen errores y limitaciones, así como a las autoridades omisas o negligentes de todos los órdenes de gobierno y de los tres poderes, pero también se avalen las cosas que salgan bien.

Sara Herrerías Guerra, titular de la procuraduría, dijo comprometerse con el corazón en la mano para cumplir su objetivo, e informó que para ello contará con un representante de la Secretaría de la Defensa Nacional y otro de la Marina, así como con un equipo de la Secretaría de Seguridad Pública, de la Función Pública y de la Procuraduría General de la República.

La nueva procuraduría se ubica en la calle Ángel Urraza 1137, colonia Del Valle. Finalmente Calderón aseguró que el organismo ya cuenta con una línea (018008428462) que funcionará las 24 horas del día.