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Damián Alcázar protagoniza con Itatí Cantoral la obra que se presenta en el foro Chapultepec

“Misery invita a reflexionar sobre el daño que se hacen las personas”

Fue delicado hacer la pieza porque aborda el tema del secuestro, la marginación social y los problemas que convierten a las personas en sicópatas o asesinos, comenta la actriz

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Damián Alcázar e Itatí Cantoral en una librería de la colonia RomaFoto Roberto García Ortiz
 
Periódico La Jornada
Viernes 4 de noviembre de 2011, p. 8

Los actores Itatí Cantoral y Damián Alcázar estrenaron recientemente la obra teatral Misery, basada en la novela homónima de Stephen King, bajo la dirección de Antonio Castro. La puesta en escena cuenta la historia del escritor de novelas románticas Paul Sheldon, quien sufre un accidente automovilístico y es rescatado por Annie Wilkes, gran admiradora de su obra, pero la admiración que profesa al escritor se convierte en enfermedad y lo rapta para forzarlo a escribir lo que ella quiera.

En entrevista con La Jornada, Itatí Cantoral y Damián Alcázar consideran que el dúo actoral se dio, a decir del protagonista de la cinta El infierno, porque es una apuesta del productor por nuestro crecimiento actoral; sí, venimos de escuelas diferentes de actuación, pero ella no es una actriz comercial en el sentido de que sale en telenovelas y las hace como actriz, no como una estrellita del mercado común; cuando uno recorre su trabajo es un vendaval de emociones, potente y llena de intuición actoral, y por mi lado es parte de mi búsqueda en mi carrera.

En la charla, realizada en la librería El Péndulo de la Roma, los actores señalan que los nervios en su trabajo siempre están presentes. Itatí menciona: Por muy bien que interprete a un personaje, siempre pienso que me falta algo, y eso da nervios.

Alcázar considera: Desde muy joven, recién me gradué de la escuela, me di cuenta de que los nervios se vuelven un acicate, se vuelven emoción... seguramente lo dice por ahí Stanislavski: los nervios pueden tensar y hacer caer en una laguna negra, pero si los nervios los transformas en emoción dan impulso.

Ardua preparación

Para interpretar a Annie Wilkes, Itatí Cantoral se preparó: Primero leí el texto varias veces, después hablé con dos siquiatras del hospital San Bernardino, quienes me hablaron de la sicología del personaje; me dijeron que Annie era una enferma límite y me presentaron a una paciente con ese diagnóstico; platiqué con ella. También realicé una investigación, recurriendo a algunos textos de actuación y apoyándome en Damián y mi experiencia de actriz.

Por su parte, el protagonista de Un mundo maravilloso dice: “(Me preparé) principalmente leyendo el libreto, revisando la novela; además vi la película de Misery por puro ocio, para tener todos los precedentes, pero esta obra es completamente diferente. Por otro lado, entiendo el personaje como una pieza más del infierno de Annie, donde él está a su disposición. Claro, también reflexioné sobre el secuestro, el síndrome de Estocolmo y la relación entre víctima y victimario, en la que sólo se logra entender una pequeña parte de ese mundo al que sumergen a mi personaje”.

En otro momento de la plática Itatí confiesa: Hacer esta obra es delicado en las circunstancias del país, porque el tema del secuestro sucede en la realidad, así como la marginación social y todos los problemas que acaban convirtiendo a la personas en sicópatas o asesinos. Claro, depende también del contexto en el que se vive. Bajo estas circunstancias cualquier mexicana puede llegar a convertirse en Annie Wilkes.

Alcázar toma la palabra: Hablamos de matrimonios destructivos, que se anulan uno al otro, pero en el cual cada pareja consigue crear su propio mundo, en el que convive; en la obra en esa situación se alcanza a reflejar en la relación fanática-héroe literario, porque no hay barrera para un fanático.

Itatí Cantoral se extiende: Se piensa que la persona que alcanza la fama lo hace en forma mágica; a veces somos muy crueles con nuestros seguidores, con los que nos hicieron, que compran nuestros discos, libros o películas, porque los despreciamos cuando confiesan ser nuestros fanáticos, no los tomamos en cuenta.

Alcázar retoma la palabra y comenta: “Una de las cosas que aporta Misery es la reflexión acerca de los niveles que puede alcanzar el ser humano, del daño que podemos infligir a otra persona. De lo que nos habla el autor en esta obra es del terror entre dos personas, y eso es bueno para reflexionar. Ojalá que una persona que fue secuestrada o alguien que perdió a un familiar en un secuestro no asista a verla”.

Cantoral agrega: En el espacio de dos horas que dura, la puesta ayudará al público a escaparse a otro mundo, verá una obra de teatro que le provocará diferentes emociones; ese es nuestro trabajo como actores... además de que verán un trabajo hecho con honestidad.

El actor de La ley de Herodes considera que el trabajo actoral es una gran responsabilidad; si la obra no fuera interesante no hubiera aceptado. Participar en la puesta es ya una responsabilidad con el público. Garantizo a quienes asistan que sí los vamos a emocionar, a divertir, a hacer reflexionar, y que van a encontrar alguna cosa interesante en ese mundo que creamos en la obra, con honestidad y pasión, porque le dimos todo a este montaje como hacedores de instantes placenteros para el público.

La respuesta de Alcázar hace que Itatí Cantoral confiese: A veces añoro tener una jornada de ocho horas, porque los actores invertimos muchas horas en nuestro trabajo por la responsabilidad que tenemos al pararnos en el escenario para engañar al público y en eso se debe poner todo lo que se tiene, para engañarlo bien.

Damián Alcázar retoma la palabra: Para mí, más que engañar, es una convención entre actores y público, en la que ambos concedemos y nos regalamos: el público entra en nuestra convención, aunque sabe perfectamente que en el escenario no es invierno y no cae nieve.

Acerca de su trabajo con Cantoral, Alcázar dice: “La conocí en una novela de Argos, y desde que comenzamos a ensayar Misery sentí que se abrió, se transformó y empezó a compenetrarse. Es intuitiva sobre el escenario y tener una compañera con estas características es maravilloso. Principalmente, lo estamos disfrutando, porque ése es el único sentido de nuestro trabajo. Por otro lado, para mí es un reto, pues vuelvo al teatro después de 13 años. Es un regreso a mis orígenes”.

Itatí Cantoral concluye: Trabajar con él resultó un aprendizaje continuo, porque sin Paul Sheldon no hay Annie Wilkes y yo tuve la fortuna de que fuera Damián Alcázar.

Misery se presenta los viernes, sábados y domingos en el Foro Cultural Chapultepec, ubicado en Mariano Escobedo 665, colonia Anzures, delegación Miguel Hidalgo. Boletos en taquilla y en el sistema Ticketmaster. Terminará temporada en diciembre.