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Tocará mañana en el teatro Metropólitan; Mesiah será telonero

La Castañeda, sin disquera, ya pegaba en todos lados
 
Periódico La Jornada
Jueves 15 de diciembre de 2011, p. a10

Hace 20 años, el grupo de rock La Castañeda reciclaba cosas que sus integrantes se hallaban en la calle para hacer la escenografía de sus conciertos. Eso era más imaginativo que técnico, expresó Oswaldo de León (guitarrista), al anunciar con sus compañeros, en conferencia de prensa, su tocada de mañana 16, en el teatro Metropólitan.

Con estas palabras destacó los días cuando la escenografía la hacían con las manos. “De ahí salían los performances, los actos aéreos... Hace dos décadas no contábamos con recursos para pagar tecnología.

“Este 16 todo se juntará y haremos un viaje, en el que aparecerá el tambo de basura que por años fue emblemático y al cual Salvador (vocalista) le pegaba con un tubo. Ahora habrá pantallas de leds, iluminación adecuada. Se creará un ambiente rico.”

Intervino Salvador Moreno: Será algo muy especial tener enfrente del escenario a quienes nos siguen desde nuestros inicios, pero ahora acompañados de sus hijos. Y a los jóvenes que les gusta nuestra música.

Oswaldo acotó que aunque cada uno de los integrantes del grupo tiene proyectos alternos, éstos están cobijados por la misma banda. Por ejemplo, el disco de Salvador y Los Eones se grabó en los estudios de La Castañeda.

El grupo Mesiah será el telonero. Israel, integrante de la agrupación, expuso que será un honor abrir a La Casta. Vamos a ofrecerles nuestra propuesta, con mucho rock de las nuevas generaciones.

Luca, también de Mesiah, agregó que son admiradores de La Castañeda. Somos una banda de rocanrol, a la que le gusta la vieja guardia, desde The Beatles. Revivimos y reivindicamos ese rock, porque ya le llaman rock a cualquier cosa.

A las empresas se las comió la piratería

Sobre su relación con las disqueras, Salvador dijo: “Cuando las disqueras en México voltearon a ver al rock como negocio, hace décadas, no fue por ocurrencia o porque no tuvieran catálogo. Recuerdo que trabajamos La Maldita, Café Tacvba, Santa Sabina... y a veces estas bandas tocábamos en una sola tarde juntas. Ya se estaba convocando a mucha gente y los foros eran entre clandestinos y no, y las disqueras no podían dejar de ver el gran número de gente en torno del rock. Lo que se organizaba en el Estadio de Prácticas de Ciudad Universitaria era impresionante.

“Los chavos hacían slam y todo ese rollo. Claro que vieron que todo eso podía pegar. En esos días éramos muy pocas bandas en comparación de ahora. En el lapso de un año todos estábamos firmados.

“Nosotros andábamos tocando en el interior de la República, caímos hasta Tijuana; hicimos una tocada con nuestros brothers de Tijuana No, que nos dieron hospedaje en sus casas, porque al otro día nos íbamos a pasar a Los Ángeles. Ellos eran expertos, porque lo hacían cada fin de semana. Llegamos a un restaurante chino, muy grande, en que durante la noche se abría espacio y le caía la banda mexicana. Se abarrotaba. Salimos y fuimos invitados a la presentación de un disco. Llegamos a un superantro, en la zona nice de Los Ángeles. Y éramos nosotros y el artista y su staff. Ahí, el director artístico nos dijo que supo de nuestra presentación y que llegando a México nos quería ver. Era de BMG y a la semana ya habíamos firmado.

“Quiero decir que nosotros sin disquera ya le andábamos pedaleando y pegando en todos lados. Ya habíamos ido a Austria. Nadie nos quiso patrocinar, por lo que vendimos todos nuestros instrumentos. Nos quedamos cuatro meses allá. Pero eso también lo hacían otros. En una semana grabamos un disco. Lo que pasó con las disqueras es que no vieron más allá.

“Eran muy rapaces, porque ponían toda la lana, pero también se la llevaban. O sea, sus contratos eran muy manchados. Aparte, no tuvieron la visión ni la tecnología y la piratería se los comió de un solo bocado. Todo eso ahora lo sufrimos nosotros, porque hacer un disco sale caro y a la semana ya es vendido en el Metro. Yo lo he comprado, por morbo.

“Entonces fue cuando las disqueras dijeron adiós, pero no las bandas.

Ya no hay disquera, nos corren y todavía nos cobran una lana. Para la carta de retiro había que pagar. Así es como la disquera funcionaba.

Ahora, La Casta ya no toca cada semana y se ha vuelto más selectiva al respecto. Tratamos de hacer menos conciertos, pero mejor presentados. El próximo año iremos a Sudamérica por primera vez.

Remató: Hagan lo que hagan, las disqueras ya están rebasadas.

El concierto comenzará a las 21 horas. Boletos en Ticketmaster y en taquillas del Metropólitan.