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El serbio refrendó el título del Abierto de Australia, que conquistó por tercera ocasión

En la final más larga de Grand Slam, Djokovic supera a Nadal

El duelo duró 5:53 horas

Por estos partidos es que soy tenista profesional, dijo el triunfador

Sumó su quinto cetro grande

Competí de tú a tú con un jugador brillante; sufrí disfrutando, señaló el español

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Djokovic se convirtió en el jugador número cinco de la era Open en ganar tres coronas consecutivas en GSFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Lunes 30 de enero de 2012, p. 2

Melbourne, 29 de enero. En un partido épico y memorable para la historia, en la final más larga de un Grand Slam, el serbio Novack Djokovic terminó adolorido pero con la satisfacción de haber refrendado la corona en el Abierto de Australia, que ganó por tercera vez tras imponerse al español Rafael Nadal, quien luchó hasta el último suspiro en los cinco sets.

Ambos tenistas sacaron chispas en el Rod Laver Arena, en un espectáculo que puso a los miles de aficionados con las uñas en la boca en 5:53 horas de juego de un duelo que comenzó la noche del domingo (20 horas local) y terminó la madrugada del lunes a la 1:50, para establecer un nuevo récord en finales de este tipo de torneos.

El serbio selló el triunfo en una de las batallas más duras que ha tenido hasta el momento, al derrotar por 5-7, 6-4, 6-2, 6-7 (5/7) y 7-5 al número dos del mundo.

Sólo escuchar ese dato me hace llorar. Desafortunadamente sólo puede haber un ganador, pero (Nadal) también merecía serlo esta noche, dijo Nole.

Todo es doloroso y horrible, pero pese a todo lo disfrutas. Por esta clase de partidos es que soy tenista profesional. Vivimos para estos juegos; por eso trabajamos todos los días, para una final de seis horas por un título de Grand Slam, añadió feliz.

Fue una final dramática, de tenis irregular, pero emotiva y muy mental. Un partido que se jugó en condiciones duras e inusitadas. Primero, por el agobiante calor, alta humedad, nada de viento y las gaviotas sobrevolando el estadio, a veces ingresando a él, a la caza de los escarabajos y polillas que saturan las noches veraniegas de Melbourne. Luego, porque el tramo final se disputó con el techo cerrado.

Inicio agresivo

Nadal comenzó el encuentro con la voluntad de mostrarse más agresivo, tanto en la defensa como en su revés, y aprovechó las numerosas faltas directas de su rival en el primer set para ganarlo 7-5 con un saque de 190 kilómetros por hora.

En la segunda, Djokovic fue más ofensivo; obligó al español a defenderse y desconcentrarse en su servicio, al punto de cometer dobles faltas, algo poco común en Nadal, quien cayó 6-4, por lo que en el tercer set fue arrollado 6-2 por el serbio.

Para el cuarto parcial, brevemente interrumpido por la lluvia, Nadal volvió a oponer resistencia. Ofreció su mejor juego al encadenar cinco puntos de lujo y modificar el rumbo de la final. Salvó tres bolas de break y ganó 7-6 (7/5).

La final del quinto y decisivo set pasó a ser indoor, luego de que un ejército de niños con toallas y máquinas especiales secaron la cancha para que el partido se reanudara y se convirtiera en un duelo físico y sicológico entre los dos jugadores, del que el serbio, con tiros impactantes, resultó vencedor 7-5.

Los rostros de ambos jugadores no permitían adivinar quién era el campeón y quién el derrotado. Nadal tenía una sonrisa semicongelada, mientras la mirada de Djokovic, quien lucía pálido, se perdía en la nada.

El tres veces monarca del abierto australiano cayó de espaldas al cemento. Recibió el abrazo veloz de Nadal y luego se desgarró la camiseta negra para gritar su felicidad a todo el estadio.

Djokovick, quien ya ganó en Melbourne en 2008 y 2011, sumó el quinto torneo grande en su prolífica carrera. Además la victoria le deja un buen sabor de boca al convertirse en el jugador número cinco de la era Open (desde 1968) en ganar tres títulos consecutivos de Grand Slam, junto a Rod Laver, Pete Sampras, Roger Federer y Nadal.

Suma 21 partidos sin perder en torneos grandes. Su reciente derrota fue la semifinal el año pasado en Roland Garros, contra el suizo Federer.

Djokovic pasa a ser también el cuarto jugador desde 1968 en conquistar tres coronas o más en Melbourne, como hicieron Andre Agassi (cuatro), Federer (cuatro) y Mats Wilander (tres).

Por su parte, Nadal sigue teniendo en su palmarés 10 títulos de Grand Slam y suma su séptima caída consecutiva en finales contra Djokovic, tras perder con el serbio seis veces en 2011.

Buenos días, dijo el tenista español al público cuando por fin pudo hablar. Las risas en el colmado Rod Laver Arena no podían ocultar que Nadal estaba en lo cierto, ya que eran casi las dos de la madrugada.

Hoy me he superado a mí mismo. Voy a seguir luchando... Quizá la derrota me duele menos porque di todo lo que pude. Competí de tú a tú con un jugador que es brillante. Sufrí disfrutando, resumió Nadal, quien junto con Djokovick disputó el partido más largo, marca que ostentaban el sueco Mats Wilander y el checo ahora naturalizado estadunidense Iván Lendl, de 4:54 horas, en el US Open de 1988, así como el de 4:27 de Wilander contra el australiano Pat Cash, en Melbourne, ese mismo año.