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Presentó Demonia, volumen de cuentos publicado por el sello Almadía

La tradición oral del relato sobrenatural en México debe saltar a la literatura de terror: Esquinca
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Bernardo Esquinca, durante la entrevistaFoto Cristina Rodríguez
 
Periódico La Jornada
Domingo 18 de marzo de 2012, p. 4

Los mexicanos somos profundamente supersticiosos y morbosos. Tenemos una tradición religiosa y espiritual que contribuye a ello, desde la época prehispánica, la Colonia y la Inquisición hasta la etapa contemporánea, en la que muchas personas de todos los niveles sociales creen en cuestiones como amarres amorosos, mal de ojo, limpias espirituales o trabajos de brujería, sostiene el escritor Bernardo Esquinca (Guadalajara, 1972), autor del libro de cuentos de terror, Demonia.

En nosotros, considera Esquinca, está muy presente el temor a lo sobrenatural, a las maldiciones. Ello es parte de nuestra idiosincrasia que, como riqueza cultural, ha sido muy poco explorada en el terreno de la literatura mexicana de terror, dice el también autor de Los niños de paja.

Para Esquinca, el mexicano no evade aquello que le parece sobrenatural, más bien le fascina. Reflejo de ello, dice, es la tradición oral en nuestro país de leyendas de miedo, es decir, del relato sobrenatural.

Sin embargo, dicha tradición oral no ha dado el paso para desarrollarse en el ámbito de la literatura de terror. Los escritores en México, por alguna razón, no han incursionado mucho en esta vertiente. Son escasos los autores mexicanos que se pueden mencionar, además de que hay un desconocimiento de la crítica o la academia, sobre el género de terror.

Apego a la morbosidad

Bernardo Esquinca explica que la sociedad tiene una estrecha relación con lo mórbido. El mexicano es muy morboso y vive la morbosidad de una manera muy apegada.

Ejemplo de ello, e independientemente de la calidad, son las exposiciones que duran meses, en torno a la tortura, asesinos seriales, hombres lobo o vampiros. Así como los enormes tirajes de aquellas publicaciones que explotan la nota roja.

¿Por qué escribir literatura de terror, cuando la realidad que se vive hoy día en México es escalofriante? Al respecto, el narrador comenta: “Nuestro país está pasando por una etapa histórica muy sangrienta y violenta, así como muy mediática. La narcoviolencia, los secuestros, los decapitados, están a la orden del día, y los medios de comunicación están encima de ese tipo de noticias. Sin embargo, la apuesta de la literatura de terror tiene que ir en otro sentido, porque si nos ponemos a imitar la realidad, se corre el riesgo de empobrecerla. El propósito (de la literatura de terror) siempre ha sido inventar otra realidad, al tomar elementos desde los más primitivos, como el miedo a la oscuridad, hasta los más contemporáneos, como el temor a un criminal, como les ocurre a las personas actualmente, que, más que temerle a un vampiro, temen a un criminal.

En la literatura de terror, de lo que se trata es desarticular o desactivar el raciocinio del lector, para conectarlo con sus miedos o sus aspectos más oscuros o primitivos. El relato, más que hacerlo verídico, tiene que sustraer los sentimientos más primitivos del lector, que todos tenemos, concluye Bernardo Esquinca.

Publicado por la editorial independiente Almadía, el libro Demonia está integrado por nueve relatos de terror sicológico, los cuales, más que generar espanto o una noche sin dormir, buscan despertar la imaginación y la morbosidad, el impulso de seguir leyendo; esa es la apuesta, explica el autor.