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Repensar el futuro de México
E

l pasado 27 de marzo se difundió el desplegado Preguntas cuyas respuestas podrían transformar a México, dirigidas a quienes aspiran a la Presidencia de la República y descritas como preguntas centrales para el futuro de México.

La composición de quienes lo suscriben daría para otra reflexión. Si bien se aclaró que las preguntas no son exhaustivas ni vinculantes y que entre nosotros existen distintas respuestas, incluso contradictorias, a las mismas, me atengo ahora a su contenido. En primer lugar habría que señalar la propensión al gran tlatoani que muestran, pues no se dirigen a las y los aspirantes a los escaños del Poder Legislativo, cuya intervención es crucial para deconstruir varios entuertos constitucionales y legales. Así que en primera instancia señalo que, en carácter de parte del electorado, me atrevo a irrumpir en su imaginario sobre el futuro del país.

Cada una de las preguntas va acompañada de una respuesta-propuesta, y no me voy a referir a todas. Sólo destaco dos, la primera, sobre seguridad, Ejército, policía y Ministerio Público, señala: ¿Estaría de acuerdo en mantener al Ejército haciendo tareas de seguridad pública mientras no haya policías capaces de cumplir adecuadamente esta función, y en crear una policía nacional que sustituya gradualmente a las policías estatales y a las municipales? Y repregunto: ¿se avala al calderonismo y se pide continuidad de su política, a pesar de las 5 mil quejas recibidas por la CNDH y los más de 50 mil muertos y el grave daño causado en vastas zonas del país cuya ciudadanía está inmersa en el miedo? La segunda, al abordar educación, con un despliegue de propuestas que mezclan las computadoras y la Internet de banda ancha con la muy necesaria calidad de educación, sin abordar los niveles educativos de media superior y superior, pasan a las medidas que habrían de tomarse acotando el poder del SNTE, sin mencionarlo explícitamente, porque lo hacen en lo relativo a sindicatos públicos: ¿Estaría de acuerdo en suprimir la separación del apartado A y B del artículo 123 constitucional, la cláusula de exclusión sindical, la toma de nota, los sindicatos únicos en el sector público y la retención automática de cuotas sindicales de sus trabajadores por Hacienda? El caleidoscopio que se ofrece destaca el enfásis en la inversión privada en áreas aún estratégicas según la Constitución. Pero mi propósito al abordar este proyecto con perfil, a mi juicio, de profundización del neoliberalismo en la lógica de reformas estructurales, es el de dejar constancia de la ausencia de los pueblos indígenas en el futuro para México que imaginan. El carácter de nuestro país como nación pluricultural no es una frase retórica incluida en la Constitución para adornarla; es una piedra angular cuya omisión dice mucho de quienes promueven la propuesta de futuro.

Para los pueblos indígenas ciertamente la exclusión no les dice nada nuevo, pues están presentes a contrapelo de quienes históricamente se han arrogado la decisión de perfilar a la nación y ofrecerles, si acaso, un espacio como ciudadanos marginales y discriminados a costa de dejar en el quicio de la puerta a sus pueblos y a su dignidad como tales. Precisamente hace días AMLO en Chiapas monologó hacia el zapatismo y es correcto que lo haga aun cuando pesan demasiados agravios, no atribuibles a él, sí al PRD a escalas nacional y local. Reiteró, como en 2006, que cumplirá los acuerdos de San Andrés, cuestión que entraña revertir el camino andado en este sexenio para afectar territorios de los pueblos indígenas e impulsar una política gatopardista y antiautonómica, disfrazada de creación institucional. Es reconfortante encontrar que sólo AMLO ha planteado revisar concesiones mineras otorgadas ilegalmente y obligar a esas compañías al pago de impuestos: Se hará valer el artículo 27 constitucional, que establece el dominio directo de la nación sobre los recursos naturales del país. Bajo este principio se revisarán las concesiones o contratos que han sido otorgados ilegalmente para privatizar minas de oro, plata, cobre, petróleo y electricidad (discurso del 20 de marzo de 2011). Además de que recientemente en Oaxaca habló por primera vez de respetar el consentimiento previo frente al impulso de proyectos. Por ello, será interesante conocer la respuesta de López Obrador a las preguntas con respuesta que les están planteando, porque es el único que puede marcar deslindes de fondo, que tal vez precisen afectar el tono conciliador que está impulsando. Si acaso la candidata del PAN se atreva a cuestionar el aborto, la anticoncepción y la diversidad sexual, porque en perfil neoliberal el PRIAN va junto. En 2000 se pensó que la transición a la democracia pasaba por la salida del PRI de Los Pinos, a 12 años estamos más lejos de ese horizonte. Después de todo, es cierto aquello de que la reversa también es un cambio.