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Alejandro Echeverría exhibe 35 piezografías en color en la Galería Ethra

Propone artista una crónica fotográfica de la restauración del Maco de Oaxaca

La muestra Obra en construcción da cuenta de un espacio intervenido, dice a La Jornada

 
Periódico La Jornada
Miércoles 8 de agosto de 2012, p. a14

La muestra del fotógrafo Alejandro Echeverría (ciudad de Oaxaca, 1958), Obra en construcción, plantea una crónica gráfica de un espacio intervenido, en la que las imágenes llevan como título la fecha y la hora en que fueron tomadas.

Montada en la Galería Ethra (Londres 54, colonia Juárez), la exposición da cuenta de la reciente restauración del Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca (Maco).

Las 35 piezografías (técnica de impresión a partir de inyección de tinta) en color que constituyen la muestra son una pequeña selección de las más de 15 mil que Echeverría tomó a lo largo de 18 meses, invitado por el museo para hacer un trabajo de registro como obra de autor. No recibió ningún pago, sin embargo, el Maco lo apoyó con una cámara digital –fue su primer trabajo en este formato–, ya que no le hubiera sido posible invertir en tal cantidad de rollos de película.

Con una trayectoria de casi dos décadas, el entrevistado describe su trabajo fotográfico cotidiano, con énfasis en lo urbano, de hecho, considera las paredes su pizarrón: Registro mucho lo que son los muros. Más que un registro del grafiti, de los esténciles allí aplicados o de los carteles, se trata de alterarlos, llevarlos a subjetividades. Mi trabajo tiende a aterrizar en lo subjetivo también.

No es la primera vez que Echeverría registra una restauración, ya que en 1994 vivió esa experiencia en el ex convento de Santo Domingo de Guzmán. El fotógrafo, sin embargo, asume una restauración como un espacio intervenido, por los trabajadores, las herramientas, los andamios, los materiales, las arenas, las gravas, las mezclas, el movimiento que existe durante todo este proceso”. Habría que señalar que casi no hay ninguna imagen de un trabajador.

Foto
07.10.2010 04:49, piezografía (técnica de impresión a partir de inyección de tinta), de 90 por 60 centímetros, de la única cúpula que tiene el Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca, vista desde dentro de la bóveda de la escalera donde está el mural de Francisco Toledo, la cual forma parte de la exposición que se presenta en la galería de Londres 54, colonia Juárez

Aunque Echeverría utiliza la palabra registro, sus fotos no son testimonios en el sentido documental. Inclusive, tienden hacia la abstracción del elemento original. Anota que su trabajo fotográfico siempre ha estado muy ligado a lo plástico. Tiendo mucho al color y a la abstracción. Parto de lo concreto, de lo que existe. Soy un fotógrafo que no crea su imagen. No creo los motivos que compongo para luego hacer la foto, sino tomo lo que encuentro. Retomo de mi contexto, de donde me muevo. De allí saco mis imágenes. La luz es un motivo para experimentar en qué medida la puedo transformar. Las composiciones tienen mucho que ver con la línea, la forma y el color en el sujeto que fotografío.

Alejandro Echeverría conoce como la palma de su mano el edificio colonial que alberga el Maco desde hace 16 años, porque anteriormente fue una vecindad en la que el artista vivió durante su infancia y parte de la adolescencia: “Regresar un poco a las vivencias e imágenes que tenía de mi niñez, de estos espacios que recorría en forma prohibida, es parte de la oaxaqueñés que tengo”.

Ojalá que próximamente el Maco publique un libro con una selección de las imágenes de Alejandro Echeverría. La exposición cuenta con un catálogo que incluye el texto La arquitectura de lo fugitivo, de Abraham Nahón.