Un grupo de congresistas de Estados Unidos envió una misiva a la secretaria de Estado, Hillary Clinton, en la cual le expresan su preocupación, pero sobre todo su rechazo a la reforma laboral presentada por el presidente Felipe Calderón, ya que consideran que atenta contra los derechos fundamentales e intereses de los trabajadores mexicanos, y contra su derecho a formar sindicatos independientes.

De acuerdo con la copia de la misiva, difundida en México por el sindicato nacional de mineros, los congresistas piden a Clinton que inste al gobierno mexicano a tomar acción para proteger los derechos de todos los trabajadores de México.

El documento señala: como miembros del Congreso, dedicados a la tarea de asegurar que los derechos laborales sean respetados por nuestras contrapartes comerciales, le escribimos para expresar nuestra gran preocupación por esta reforma, que en vez de abordar las debilidades de la ley laboral mexicana existentes debilitaría todavía más la situación de los trabajadores.

Consideran los congresistas que la propuesta ampliaría el sistema de contratos de protección firmados entre los empleadores y los sindicatos dominados por la misma patronal; crearía impedimentos adicionales al ejercicio del derecho a huelga, debilitaría las protecciones laborales, ya que se legalizaría la subcontratación; promovería el trabajo precario, y violaría la autonomía sindical.

La carta –firmada por representantes como Jan Schakowsky, James McGovern, Rosa DeLauro y Linda Sánchez, entre otros– indica que el gobierno saliente del Partido Acción Nacional y el entrante del PRI han expresado su apoyo a los cambios, a pesar de las objeciones rotundas de los sindicatos oficiales e independientes de México.

También plantearon que esto ocurre cuando el gobierno mexicano está por unirse oficialmente a las negociaciones del Acuerdo TransPacífico y que el gobierno estadunidense debe dejar claro que no es aceptable debilitar la ley laboral justo antes de estos acuerdos.