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Francisco José Trigo inauguró el coloquio fundado por el filósofo Bolívar Echeverría

La modernidad ha desatado una crisis civilizatoria que amenaza al hombre

La actual situación global exige replantear la relación entre la humanidad y la naturaleza, dijo el funcionario de la UNAM

Pedro Páramo, de Rulfo, es una parábola del despojo: Juan Villoro

 
Periódico La Jornada
Jueves 15 de noviembre de 2012, p. 8

Las consecuencias de la modernidad, de manera paradójica, no sólo no han logrado concretarse en una sociedad más libre, igualitaria y fraterna ni en una relación armoniosa con la naturaleza, sino que ha provocado una crisis civilizatoria que amenaza la supervivencia humana.

De ese modo, y a partir de reflexiones del filósofo Bolívar Echeverría (Ecuador, 1941-México, 2010), lo planteó el secretario de Desarrollo Institucional de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Francisco José Trigo, quien en nombre del rector José Narro Robles inauguró ayer, en la Facultad de Ciencias, el coloquio Modernidad y naturaleza.

Este encuentro anual, que concluirá hoy jueves en la Facultad de Filosofía y Letras, es organizado por el Seminario Universitario de la Modernidad: Versiones y Dimensiones –fundado en 2004 por Bolívar Echeverría y coordinado ahora por Raquel Serur–, junto con las dos facultades mencionadas.

“Lejos de consistir en la realización de un ideal social –agregó Trigo–, la modernidad constituye más bien una crisis presente, de confrontación entre el pasado y el futuro, de cuestionar la tradición pero también los nuevos horizontes probables. Es, en suma, un escenario crítico en que cambian los paradigmas y las formas de ver al mundo”.

Por ello, abundó el funcionario de la UNAM, la actual situación global exige replantear la relación entre la humanidad y la naturaleza y reflexionar sobre las consecuencias de la cosmovisión que es la modernidad.

Rosaura Ruiz, directora de la Facultad de Ciencias de la UNAM, quien también evocó ideas de Bolívar Echeverría, señaló que pese a que el proyecto de la modernidad era lograr la abundancia y la emancipación de las personas y la humanidad, sus resultados han sido totalmente contrarios.

Agregó que a partir del triunfo del capitalismo y del subsecuente neoliberalismo financiero, impera la desigualdad, la acumulación de la riqueza y el poder en unos pocos, la escasez de la mayoría, la intolerancia, las relaciones sociales dislocadas y un individualismo ciego y narcisista.

Dijo que en lugar de civilización predomina la barbarie, la violencia y los fundamentalismos. Ante ese fracaso, agregó se hace necesario construir un proyecto alternativo y nuevas utopías que replanteen los valores humanistas.

La prueba de Babel

Raquel Serur recordó la vocación transdisciplinaria del seminario y que Bolívar Echeverría decía que la filosofía, la literatura, el arte y la ciencia atraviesan la prueba de Babel y se conectan unas con otras, pero no en el afán de alcanzar una suma imposible, sino con una intención de apertura y de mayor comprensión sobre lo humano.

El coloquio fue inaugurado en el auditorio Alberto Barajas Celis de la Facultad de Ciencias, donde ayer se realizaron tres mesas, y concluirá este jueves en el Aula Magna de la Facultad de Filosofía y Letras, con dos sesiones más a partir de las 10 de la mañana.

En la primera mesa, Juan Rulfo: al filo de la naturaleza, participó, entre otros, el escritor Juan Villoro, quien habló sobre los lenguajes del polvo del autor de Pedro Páramo y El llano en llamas y recordó que, como estudiante de sociología, tomó un seminario con Bolívar Echeverría cuando recién había llegado de Alemania a México. Ahí encontramos una alianza extraordinaria entre la inteligencia y la claridad, dijo.

Y tras una amplia reflexión sobre Rulfo, la naturaleza, el paisaje, la aridez, el polvo, varios de sus relatos y los muchos personajes de la breve novela Pedro Páramo –vistos como almas castigadas, en pena–, Villoro planteó en relación con esta última obra: Creo que Juan Rulfo quiso escribir una gran parábola del despojo, de los personajes que no tienen tierra ni historia.

Preguntó cómo pueden dichos personajes salir de ese mundo y entrar al universo de la Historia con mayúscula y tener historias propias. “Haciendo que los vivos, los que están fuera de ese universo, los que no han sido castigados por esa condena, hagan algo por ellos.

Rulfo, de manera excepcional, responsabiliza al lector y obliga a que su novela tenga una moral reivindicativa por parte del lector. Nosotros, los vivos, los que estamos fuera de ese universo, tenemos que hacer algo. Es a nosotros a quienes corresponde dejar que esa gente pueda morir al fin, descansar, y que eso, en el mundo de la historia, no se vuelva a repetir.

La última actividad del coloquio Modernidad y naturaleza será hoy jueves a las seis de la tarde, con la presentación del libro Bolívar Echeverría: crítica e interpretación, compilado por Isaac García, Diana Fuentes y Carlos Oliva, y comentado por Mauricio Beuchot, Adolfo Gilly, Luis Hernández Navarro y Ricardo Pérez Montfort.