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El CEFP refiere que en principio significará un posible incremento en la recaudación

IVA a medicinas y alimentos reducirá poder adquisitivo de familias pobres

La tasa cero a comestibles implicó una renuncia tributaria de $145 mil 940 millones en 2012

 
Periódico La Jornada
Domingo 20 de enero de 2013, p. 24

La propuesta de eliminar la tasa cero a alimentos y medicinas en el contexto de la nueva reforma fiscal integral en principio significa un posible incremento en la recaudación tributaria, pero implicaría un incremento del precio de productos de primera necesidad, repercutiendo en mayor proporción en el poder adquisitivo de las familias más vulnerables, aseguró el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP) de la Cámara de Diputados.

El organismo recomendó que ante cualquier propuesta que modifique la tasa cero del impuesto al valor agregado (IVA) aplicable a alimentos se deberá plantear también algún mecanismo resarcitorio orientado a la población con ingresos más bajos.

En el actual contexto y la necesidad del gobierno federal de incrementar los recursos para sostener el gasto público, han existido diferentes propuestas que pueden ayudar a la consecución de esta meta, las cuales se han orientado a la creación de nuevos impuestos, el incremento de tasas de los gravámenes existentes o incluso eliminar o limitar algunos beneficios fiscales.

El análisis elaborado por el CEFP identificó que del total del gasto que realiza cada hogar, los de menores ingresos destinan 47 por ciento a la compra de artículos sujetos a tasa cero por ciento de IVA –entre los que se encuentran los alimentos–, mientras que los hogares con mayores ingresos asignan únicamente 13.2 por ciento del total de su gasto a dichos productos.

Lo anterior significa que, ante un mayor precio de los productos sujetos a tasa cero por ciento de IVA, el poder adquisitivo de los hogares de menores ingresos se vería afectado en mayor proporción respecto de aquellos de mayores ingresos.

Explicó que mantener la tasa cero del IVA a alimentos representa una renuncia de recaudación del orden de un punto porcentual del producto interno bruto (PIB), resultando las familias de mayores ingresos el segmento de la población más beneficiado, en tanto que las familias de menores ingresos se benefician al destinar casi la mitad de su gasto en productos gravados a tasa cero por ciento del IVA.

En el caso de los gastos fiscales (impuestos que no son recaudados debido a la existencia de regímenes fiscales preferenciales y exenciones), uno de los rubros más onerosos es la tasa cero del IVA aplicable a alimentos, misma que, de acuerdo con estimaciones de la Secretaría de Hacienda, significó una renuncia recaudatoria de 145 mil 940 millones de pesos en 2012, monto que representa 83 por ciento del total de los gastos fiscales asociados a la tasa cero por ciento del IVA.

Por tanto, gravar los alimentos a una tasa distinta de cero por ciento implica: un posible incremento en la recaudación, el cual sería aportado por las familias con mayores ingresos, principalmente, pero aquellas de menores ingresos resultarían severamente afectadas en su poder adquisitivo.

El CEFP consideró que el beneficio fiscal de la tasa cero por ciento de IVA a alimentos favorece en mayor medida a los menos necesitados, situación que dista de cumplir con objetivos económico-sociales, por lo que su eliminación representa una posible fuente de ingresos de magnitud considerable. Sin embargo, ante posibles propuestas de gravar con IVA a los alimentos, ya sea con la tasa general o una menor, es indispensable implementar un mecanismo resarcitorio dirigido a la población más vulnerable que resultaría altamente afectada en su poder adquisitivo ante los incrementos de los precios en alimentos. Esto, sin dejar de lado análisis en paralelo en temas relacionados a las exenciones en IVA y medidas para combatir su evasión fiscal.