Deportes
Ver día anteriorLunes 29 de abril de 2013Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Los Camoteros aventajan por tres puntos a los Gallos

Puebla respira con un gol en las postrimerías del partido

Sólo una catástrofe en la última fecha puede mandarlo al descenso

Foto
El técnico del Puebla, Manuel Lapuente (izquierda), observa las acciones del partido realizado en el estadio CuauhtémocFoto José Castañares/La Jornada de Oriente
 
Periódico La Jornada
Lunes 29 de abril de 2013, p. 3

Puebla, Pue., 28 de abril.

Un tanto de Jonathan Lacerda a seis minutos del final hizo explotar el pletórico estadio Cuauhtémoc. El uruguayo definió el empate 1-1 ante Atlas, que significaba el punto necesario para que el Puebla amarre su sitio en el máximo circuito, ya que tiene ventaja de tres unidades sobre Gallos. Sólo si los Camoteros reciben una soberana goleada del Querétaro en la última fecha lo impediría.

Los fanáticos del equipo de la franja aprovecharon los boletos gratis que otorgó la directiva, llenaron el inmueble mundialista y apoyaron con ahínco a su escuadra. Sólo tuvieron un momento de incertidumbre, cuando al minuto 80 Matías Vuoso abrió el marcador y parecía repetirse la historia poblana en este torneo: derrotas en los últimos minutos.

Sin embargo, esta vez el gol agónico fue a favor y los jugadores y los fanáticos festejaron como si hubieran ganado un título.

El partido fue de mucha lucha en media cancha y escasas oportunidades de anotación. Los Camoteros jugaron al límite del reglamento y realizaron entradas recias sobre los Zorros, ante un arbitraje localista de José Alfredo Peñaloza.

Impulsado por su público, el equipo de Manuel Lapuente tuvo las mejores llegadas del primer tiempo. Al 4 de acción, un tiro potente de Félix Borja fue directo a las manos del portero atlista Miguel Pinto y tres minutos después el guardameta chileno se tropezó, pero alcanzó a rechazar el esférico que buscaba rematar el mismo Borja.

El Atlas no existió al ataque, ante la impotencia de Tomás Boy, quien desde el minuto 20 envió a calentar a un par de jugadores para meter presión a sus apáticos pupilos, que parecieron extrañar en exceso al lesionado Omar Bravo.

Si un fanático hubiera llegado para el segundo tiempo, nada se hubiera perdido, con un Puebla que no pudo y un Atlas apático, a pesar de que un triunfo le hubiera significado trepar al liderato general de la competencia.

Para el segundo tiempo los Zorros tardaron en salir de su vestidor, ya que unos hinchas arrojaron cohetones al túnel. Se informó que el utilero rojinegro sufrió leves lesiones por quemaduras y hubo tres detenidos.

Pero la sorpresa fue la salida del chileno Rodrigo Villar, el armador del conjunto rojinegro, que en los primeros 45 minutos había sido intrascendente. Su lugar lo ocupó Ricardo Bocanegra, quien tuvo la primera oportunidad del complemento, al enviar un remate por arriba del larguero ante la rápida salida de Víctor Hernández.

Los de casa respondieron al minuto 62, en pase de DaMarcus Beasley a Luis Noriega, quien dentro del área alcanzó a puntear, pero Pinto volvió a realizar una veloz salida y desvió.

Entonces Lapuente ingresó a su relevo de lujo, el argentino Matías Alustiza, quien entró a la cancha bajo estruendosa ovación.

A partir del 75 los poblanos empezaron a retardar el juego cada que podían, pero cinco minutos después la noche se vino sobre el estadio Cuauhtémoc.

Por el sector izquierdo, Carlos Gutiérrez envió un centro largo al área, donde Vuoso en el límite del área chica ganó el salto a Jaime Durán y con sólido testarazo cruzado marcó el 1-0. Ante silencio sepulcral, sólo se escucharon los gritos de la pequeña porra atlista, que de último momento fue mandada hasta las gradas más altas del inmueble.

La reacción llegó tan sólo cuatro minutos después. En una enésima incursión por la banda izquierda, el estadunidense Beasley envió un disparo potente que Pinto rechazó, pero al tratar de recuperar el esférico llegó Isaac Romo con una oportuna barrida y el rebote cayó en el área chica al zaguero Lacerda, quien sólo tuvo que puntear el esférico para igualar el marcador.

Los fanáticos estallaron en festejos y algunos mostraron una lápida funeraria con el escudo del Querétaro, que con este marcador estaba virtualmente descendido, pues quedaba obligado a ganar por dos goleadas sus dos últimos juegos del torneo.

El autor del tanto dijo que se rapó porque así lo había prometido si marcaba. Nos sacamos un problema de encima (el descenso), nos habíamos metido en algo que no teníamos que meternos y hoy terminamos demostrando con mucha garra que el Puebla es de primera, expresó.