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Un noviazgo de tres meses le bastó para acabar con la vida de mi hija

Karina, de 19 años, fue apuñalada 20 veces por su pareja, que se resistía a que terminaran

El agresor está prófugo; quién sabe qué le pueda hacer a otras, dice la madre de la joven

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Uno de los mensajes que el homicida mandó a Karina Torres y en el que se evidencia el distanciamiento que ya existía entre ambos
 
Periódico La Jornada
Sábado 25 de mayo de 2013, p. 39

Ya no te molestaré, anda ve y se feliz con él. Sólo te aconsejo QUE EL AMOR NO PERDONA, fue parte de uno de los mensajes que Martha Karina Torres, quien un día antes había cumplido 19 años, recibió en su teléfono celular el 11 de mayo pasado, fecha en que fue asesinada en su propia casa con más de 20 puñaladas.

Un noviazgo de tres meses le bastó a Cristian para acabar con la vida de mi hija. No puede seguir en la calle como si nada, quién sabe qué le pueda hacer a otras, señala Mayra Jorge Ruiz, la madre de la joven muerta, quien lamenta que el joven siga prófugo.

El día del asesinato, Karina había ignorado los múltiples mensajes de texto que le envío su novio Cristian Alejandro Ortiz Reyes, de 24 años de edad, quien le pedía una última oportunidad para verla. Aunque ella no contestó, él se presentó a la casa por la noche y tras discutir, mientras la joven se planchaba el cabello, empezó la agresión.

Un tío de Karina, que casi no se puede mover ni hablar debido a un accidente, vio como la apuñalaba. Eran alrededor de las 21:30 horas.

Ese día, Karina llegó de trabajar, quiso dormir un poco porque en la noche iba a ir a una fiesta de amigos en su honor, pero cerca de las 16:30 horas un vecino de la colonia, el Prieto, llegó a su casa y decidieron ir a comprar las cosas que faltaban para comer. Llegaron con helados, pero al darse cuenta que olvidaron uno decidieron regresar. Fue ahí cuando Cristian los abordó y jugando tomó al Prieto por la espalda y fingió enterrarle un cuchillo. Karina estaba sorprendida de verlo.

Los tres regresaron al domicilio de la joven. La familia de ella no sabía que tenía más de una semana tratando de terminar la relación de noviazgo y como él los visitaba constantemente, no les extrañó verlo. Cristian ayudó a poner la mesa y comieron todos juntos.

La señora Mayra decidió ir al centro de la ciudad por bolsas de colostomía porque el tío las necesita. Al despedirse, la joven la besó porque ya no la iba a ver ese día. “Entro, me baño y me voy a mi party rock”, dijo mientras se daba una vuelta juguetona sobre sí misma. Cristian le dio un beso a la señora y se despidió. Esa fue la última vez que lo vio.

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Cristian Ortiz Reyes, quien dio 20 puñaladas a su noviaFoto La Jornada

El ticket de compra de la madre marca las 20:15 horas y aunque no había tráfico, aún estaba muy lejos de su domicilio, en Tlanepantla, estado de México. Cuando regresó a su casa, una hora después, oyó gritos de desesperación y descubrió que dentro de su domicilio había mucha sangre alrededor del cuerpo tirado de su hija. Apuñalaron a Karina, apuñalaron a Karina, le dijo el tío entre balbuceos: Fue Cristian.

Su cuerpo quedó tirado afuera de la recámara de la joven. El único testigo, que camina con un bastón y no puede ni partir su comida con los cubiertos, sólo pudo enfrentarlo de un grito. ¿Qué haces cabrón?, según le contó a sus familiares.

Cristian salió corriendo. El cuchillo, con el que un día antes habían partido el pastel del cumpleaños 19 de Karina, quedó tirado lleno de sangre en las escaleras de la casa.

Más tarde, en la Cruz Roja, Doña Mayra recibió la llamada del hermano de Cristian. Le dijo que se comunicaba porque el agresor le contó que se había peleado con Karina y que la había herido, así que querían saber cómo estaba la joven. El hermano llegó al Hospital, donde fue resguardado por policías del lugar.

Karina murió por la gravedad de las heridas. Su acta de defunción sólo dice: shock hipovolémico secundario a lesión cardiaca.

El documento oficial no describía lo que su mejor amiga de la infancia sí sabe: Cristian quería que ella sólo estuviera con él. Era agresivo y la aislaba de sus amigos.

Su amiga de años y compañera en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, plantel Cuautepec, donde Karina y Cristian estudiaban, cuenta que la joven le confió que una vez la mamá del prófugo le contó que su novio era tan agresivo que en una ocasión que le rompió un disco, en respuesta el joven destrozó su cama y su ropero.

Uno de los últimos mensajes que quedó guardado en el teléfono de la joven el día de su muerte reveló la negativa de Cristian de dejar a Karina: Ándale, sólo hoy a las siete u ocho te veo. Sólo hoy y si quieres nos decimos adiós para siempre. Di que si, sólo hoy. Neta que acepto la despedida, pero eso no sucedió.