Opinión
Ver día anteriorLunes 9 de septiembre de 2013Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Juego Limpio

Leyes a voluntad

Q

ué extrañas resultan en muchas ocasiones las soluciones a los conflictos de reglamentación deportiva. Los controles antidopaje son un claro ejemplo; cuando las leyes resultan incómodas a los grupos de poder simplemente no se aplican. Lo anterior levanta sospecha de complicidades hasta en las más altas esferas para utilizar el deporte a su voluntad.

En cuanto al dopaje, la Agencia Mundial Antidopaje se ha quedado lejos de solucionar los problemas. El ciclismo es quizá el mejor ejemplo de manipulación a la ley, algunas veces se aplica, otras se hace de manera retrospectiva. El caso del ex héroe mundial Lance Armstrong, hoy usado de chivo expiatorio, dejó en evidencia la corrupción que invade todas las esferas del ciclismo internacional.

Desilusiones como la del ciclismo también se ven en otros deportes; en el caso del beisbol, el héroe yanqui Alex Rodríguez, fue considerado uno de los mejores beisbolistas de la historia hasta que admitió haber utilizado sustancias prohibidas en la conquista de sus récords ¿cuántas personas tuvieron que ser cómplices?, ¿cuántos poderosos decidieron callar, cuántos silencios debieron comprarse? En México el clenbuterol encontrado en las pruebas antidopaje de distintos futbolistas, sospechosamente ha dejado de tener sanción.

Deporte moralmente justo

La ley antidopaje tiene criterios tan laxos que pierden especificidad. Tan es así que incluso un dentista podría argumentar prohibir el uso de dulces por tener efecto de estimulación del rendimiento ya que el azúcar provee una fuente externa y rápida de energía.

Nada nuevo al resaltar la manipulación de la ley por los grupos de poder. Hoy el gobierno insiste en la importancia de las reformas energética, educativa y laboral. La pregunta es si algún día apreciaremos la importancia de una sociedad y un deporte moralmente justo. En el intento por quedarse con otra rebanada de país quieren distraer a la gente con un deporte inmoral, que dolosamente relaciona nacionalismo y futbol. Una vez más, el mismo grupito de manipuladores del futbol cambia al técnico nacional sin aceptar que siempre los equivocados son ellos. ¡En 20 años sólo un director técnico ha cumplido el ciclo mundialista! Ese grupito directivo sigue haciendo tan mal las cosas que este sexenio puede resultar en uno de los pocos en los que el gobierno no tenga Mundial para distraer a la gente.