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Presentan el volumen La construcción de la memoria... en la feria del libro en Mineria

En la cultura de lo visible, el documental es una batalla por la identidad: Armando Bartra

El género ha sido testigo de cambios sociales y de la diversidad de México: Guadalupe Ochoa

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Protagonistas de un oficio altos vuelos, un grupo de limpiaventanas da rienda suelta a la adrenalina y el equilibrio. Con tacto fino, deslizan agua y jabón en los vidrios de un edificio del Centro HistóricoFoto María Meléndrez Parada
 
Periódico La Jornada
Sábado 22 de febrero de 2014, p. 9

Al presentar el libro La construcción de la memoria: historia del documental mexicano, María Guadalupe Ochoa Ávila, coordinadora del volumen, aseguró que en México el documental abarca una larga historia, de más de un siglo, y ha sido testigo de cambios sociales, cruzadas históricas, así como de la diversidad de nuestra nación.

Se conoce apenas una parte de la riqueza de este género en nuestro país, por ello este volumen puede servir de base para futuras investigaciones, mostrando por medio de diversas voces una perspectiva de lo que ha sido el documental mexicano entre 1896 a 2012.

En la Galería de Rectores de la 35 Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería, Ochoa Ávila estuvo acompañada por el cineasta Nicolás Echevarría y el investigador Armando Bartra.

La coordinadora del volumen, editado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), dijo que tan sólo la validación de fechas de los materiales que se incluyen fue un proceso laborioso que duró casi tres años.

La gran sorpresa es que este libro nos demuestra que hay numerosas voces, temas y periodos de gran creatividad en el documental mexicano, ofreciendo un gran mosaico de autores que van del documental histórico, al etnográfico y político.

Medio de investigación

Mencionó que a medida que transcurría la investigación se dio cuenta de que hay muchas ideas en torno al documental mexicano que suelen clasificarlo bajo diversas etiquetas, como es el caso de los filmes de línea política, que no encajan en el caso de los filmes de la Revolución.

A mediados de 1917, el gobierno mexicano utilizaba el cine como un medio de investigación estratégico, y fue el mismo tiempo en el que Manuel Gamio, uno de los antropólogos y documentalistas de la época, se alejó de la mirada eurocentrista para retratar a las sociedades de México.

Ochoa Ávila dijo que es necesario encontrar los documentales de grandes figuras como Agustín Jiménez, Gabriel Figueroa y Manuel Álvarez Bravo, quienes representan un patrimonio poco conocido de este género en nuestro país.

El libro reúne textos como El documental histórico en México, de Álvaro Vázquez Mantecón; La ciudad de México en los cortos: los noticieros fílmicos y su mirada urbana, de Ricardo Pérez Montfort; Documental sobre movimientos sociales 1980-1999, de Cristian Calónico, así como La formación de los documentalistas y la memoria histórica de México, del fallecido Alfredo Joskowicz.

Armando Bartra dijo que los documentales son también otro modo de crear ficción y que a menudo construyen otra realidad con los habitantes de las comunidades, eso sin contar algo a lo que llamó el condicionamiento del recurso.

Señaló que en una cultura de lo visible el documental es una batalla por la imagen y por la identidad, remplazando aquella vieja lucha entre los opresores y oprimidos por la de los visibles y los invisibles.

La gran batalla mediática es la batalla por todos los oprimidos e invisibles. Sin embargo, los pobres, los campesinos y otros eran antes un botín político, algo que ha cambiado por recuperar la imagen y la palabra perdida que hoy son difundidas, a través de miles de cámaras de teléfonos celulares.

Finalmente, Nicolás Echevarría calificó al libro como una referencia fabulosa para conocer la historia del documental mexicano, algo que, dijo, debería tener también una filmoteca para consultar los filmes que aquí se mencionan.

Sumario en la Cineteca Nacional

Por otra parte, la Cineteca Nacional apoya la difusión del documental por medio del ciclo Sumario, el cual proyecta en el mes de febrero las mejores y más recientes producciones cinematográficas mexicanas de este género desde el 20 de febrero y hasta el 2 de marzo.

Los materiales seleccionados para esta edición de Sumario abordan diversas temáticas como historias sobre las luchas individuales, sociales, políticas, económicas y culturales, en filmes como Matar extraños (2013), Rosario (2013), Purgatorio: viaje al corazón de la frontera (2012); hasta personajes considerados leyendas del deporte y los espectáculos como en El hombre detrás de la máscara (2013) y Carmita (2013); o algunos otros cuyas temáticas abordan los problemáticas sociológicas como Mitote (2012) Elevador (2013), El tercer sendero (2013), El cuarto desnudo (2013) y El alcalde (2012).

Todos los materiales son una mirada a diversas problemáticas y vivencias cotidianas de nuestro país, vistas a través de los ojos de cineastas contemporáneos, preocupados e involucrados con las diversas condiciones sociales, comprometidos con las nuevas tendencias cinematográficas, que hacen del documental uno de los géneros más reconocidos a nivel mundial, por lo atractivo de sus historias, incluso más que la ficción.

La Cineteca Nacional reúne en un mismo espacio a las producciones con sus creadores, ya que los propios directores estarán presentes durante las proyecciones para compartir con los espectadores sus experiencias, al momento de realizarlas.

Sumario se exhibe en la Sala 7 Alejandro Galindo de la Cineteca Nacional promoviendo la difusión del cine documental nacional y el contacto del espectador con sus realizadores, con el fin de intercambiar reflexiones sobre su trabajo. Los horarios se pueden consultar en la página www.cinetecanacional.net