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Exhibe sus grabados y pinturas en el Salón de la Plástica Mexicana

Los artistas jóvenes ya no tocan temas políticos: Sarah Jiménez

Hace falta otro Taller de Gráfica Popular, pues hay escuelas, pero no muchachos interesados en esos problemas, señala

Zapata simboliza el amor por México y los campesinos

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Emiliano Zapata, grabado de Sarah Jiménez incluido en la muestra que terminará el 2 de marzo en el recinto de Colima 96, colonia Roma y luego se presentará en su natal Coahuila
 
Periódico La Jornada
Sábado 1º de marzo de 2014, p. 2

Hace falta otro Taller de Gráfica Popular (TGP), dice la pintora y grabadora Sarah Jiménez (Piedras Negras, Coahuila, 1927).

De 1957 a 1967, la artista fue integrante de ese colectivo que en 1937 fundaron Leopoldo Méndez, Pablo O’Higgins, Alfredo Zalce y Luis Arenal, entre otros.

Los jóvenes, no sé qué piensan. Los maestros no les dicen que salgan a provincia. Los temas políticos de México no los tocan, ya no. No puede haber otro TGP más nunca. Hay escuelas pero no hay muchachos que salgan con estos temas. No les enseñan. México tiene muchos problemas y los viejos ya nos hicimos viejos (risas), expresa Jiménez, quien fue docente en la Escuela de Iniciación Artística No. 1 del Instituto Nacional de Bellas Artes, después en la Casa del Lago, cuando pertenecía al INBA, y de la Secretaría de Educación Pública (SEP).

Los temas sociales y políticos como las revoluciones mexicana, cubana y sandinista, la invasión de Vietnam, en fin, el pueblo, permean los grabados y las pinturas que Jiménez expone en el Salón de la Plástica Mexicana, del que es integrante desde 1957.

La muestra fue con todo y pastel, ya que se inauguró el 3 de febrero, día de su cumpleaños 87.

De Córdoba a la ciudad de México

Sarah Jiménez vivió la Revolución Mexicana desde su casa, pues su padre, José Guadalupe Jiménez, fue médico militar en el Ferrocarril y partícipe del movimiento armado; incluso prestó los primeros auxilios a Álvaro Obregón, cuando le amputaron el brazo.

La familia Jiménez Vernís se trasladó a Córdoba, Veracruz, donde Sarah estudió la primaria y cuando pasó a la secundaria había un profesor, Luis Jorge Martínez, quien era pintor y a cuya clase ella se acercaba mucho. Desde entonces me empezó a gustar la pintura, indica.

Cuando su madre decidió venir a la ciudad de México, la joven Sarah se inscribió como alumna regular de la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda, entonces ubicada en la colonia Guerrero.

Tuvo como maestros a Agustín Lazo y Nefero. Junto estaba la Escuela Belisario Domínguez, donde participó en un mural colectivo en 1954. En la parte que le correspondió la joven se encontraba en el proceso de pintar a un revolucionario muerto cuando su tía le fue a avisar, vámonos porque tu papá murió. Su progenitor sólo se opuso un poco a que estudiara arte, por eso le decía pintora de ollitas.

La invitación para ingresar al TGP llegó de parte de Francisco Mora y Elizabeth Catlett cuando doña Sarah, junto con Adolfo Quinteros, trabajaba en la SEP como dibujante en el programa de alfabetización.

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Sarah Jiménez (Piedras Negras, 1927)Foto Blanca Charolet

De sus años en el Taller de Gráfica Popular le viene el gusto por los problemas de México, porque el colectivo a eso se dedicaba. Allí manejó técnicas como el grabado al linóleo, en madera y metal.

La entrevistada siempre ha tenido especial inclinación por la figura de Emiliano Zapata, al sentirlo más pegado a mi manera de pensar. Al respecto, ha dicho: Elegí a Zapata por su fuerte personalidad y su importancia en la historia de México. Él simboliza el amor por México y los campesinos. Incluso hoy es un símbolo de lucha de las asociaciones campesinas y la lucha por sus derechos. Zapata es amado en México, él dio su vida por los campesinos.

Luego de jubilarse como maestra en 1989, Sarah Jiménez siguió pintando, grabando y dibujando. Fue a vivir con una hermana a Estados Unidos durante un lustro, país muy híbrido, con problemas de otra índole.

En la actualidad hace retratos. Pinto las personas que me atraen en lo plástico. Algunas posan o me mandan fotos. Lo que me gusta es salir a los estados a dibujar y pintar paisaje. Tengo una sobrina, que estudió artes gráficas, que luego me lleva a dibujar fuera.

Rescate de 33 placas

Para montar la exposición se rescataron 33 placas que estaban en casa de una amiga de Jiménez, así como una que tenía la artista, explica Cecilia Santacruz, coordinadora general del SPM.

No todas las placas estaban en óptimas condiciones. Se pudo imprimir obra con las 27 placas al linóleo gracias al apoyo de la Escuela Nacional de Artes Gráficas, dependiente de la SEP. Dado que era más difícil la impresión con las cuatro placas en metal, se decidió mostrarlas tal cual.

También hay una placa en madera con dos pistas. Mientras la imagen de Benito Juárez se pudo imprimir bien, el otro lado está pandeado, entonces se editó con un frottage, ya que no da el registro en el tórculo, indica Santacruz.

La exposición Sarah Jiménez reúne 18 obras del Museo Nacional de la Estampa y 27 editadas con el apoyo de la Escuela Nacional de Artes Gráficas, así como cuatro placas en metal, una en madera, cuatro grabados, una pintura y una fotografía que le tomó su hermana Ophelia Esparllargas. La exhibición terminará el 2 de marzo en el recinto de Colima 96, colonia Roma y luego se montará en el estado de Coahuila.