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El peso acumula una pérdida de 22.4 por ciento en el año

El gobierno argentino no devaluará la moneda pese a presiones de fondos buitres
 
Periódico La Jornada
Viernes 29 de agosto de 2014, p. 31

Buenos Aires, 28 de agosto.

El gobierno de Argentina aseguró que no devaluará su moneda, en momentos en que el mercado cambiario soporta una fuerte presión porque ahorristas y empresas buscan dólares frente a la alta inflación y un prolongado conflicto judicial con tenedores de bonos impagos.

Un funcionario de la administración de la presidenta Cristina Fernández atribuyó las maniobras del mercado a las influencias de los fondos buitres.

Pese a las aseveraciones oficiales, el peso argentino mayorista acumula en lo que va de 2014 una pérdida de 22.4 por ciento con el aval del Banco Central, mientras en la plaza marginal registra un retroceso de 30.2 por ciento.

Con los precios del mercado informal pretenden generar expectativas desde el punto de vista negativo y/o desfavorable para inducir a un proceso de devaluación, que obviamente no va a ocurrir, mencionó a periodistas el jefe de Gabinete de Ministros, Jorge Capitanich.

“Este es un primer punto del plan de acción de los fondos buitres en Argentina”, agregó. El país sudamericano descartó el miércoles volver a sentarse a negociar con los fondos de inversión con deuda en cesación de pagos desde hace más de una década, que el mes pasado llevaron al país a un nuevo default.

La moneda doméstica en el reducido mercado informal muestra una diferencia de 71.1 por ciento con la cotización oficial, tendencia que se incrementó desde la semana pasada, cuando Argentina presentó un proyecto de ley para que tenedores de deuda restructurada puedan cobrar en Buenos Aires. Desde entonces, el peso en el mercado mayorista, regulado por el Banco Central, cedió 1.4 por ciento y en el circuito informal cayó 8 por ciento.

Argentina tolera la existencia de una plaza cambiaria paralela, a la que recurren ahorristas y empresas para adquirir divisas en medio de un rígido control de cambios destinado a frenar la fuga de capitales.

El problema de fondo es que en un marco de crecientes expectativas de devaluación, el Banco Central no puede atender en simultáneo los frentes cambiario, monetario y fiscal. La aceleración de la devaluación, la pérdida de reservas y la marcha atrás de las tasas de interés son prueba de ello, sostuvo el jueves la consultora Ecolatina en un reporte.

La autoridad monetaria debió volver a subir esta semana las tasas de interés con las que regula la liquidez del mercado, pocos días después de haber decidido reducirlas para alentar el crédito.

Argentina entró en recesión en el primer trimestre por un reducido nivel de inversión y alta inflación. El default de deuda en el que el país se hundió el mes pasado podría empeorar el panorama para la economía, que se espera que este año se contraiga por primera vez en más de una década.

La inflación superará este año el 30 por ciento, según cálculos privados. El año pasado los precios minoristas aumentaron alrededor de 25 por ciento. “Si el gobierno continúa dando señales de que no se normalizará el conflicto en 2015 (con los fondos buitres) y sigue intentando paliar la caída de la actividad con mayor emisión, lamentablemente las presiones cambiarias seguirán aumentando”, agregó Ecolatina.