Ayer, alumnos del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y su director general, Enrique Fernández Fassnacht, dieron por finalizados los trabajos de las mesas de diálogo y enviaron mensajes de conclusión de esta etapa del movimiento estudiantil.

En voz de Rodrigo Díaz, estudiante de la Escuela Superior de Turismo y moderador de prácticamente todas las sesiones de diálogo, los estudiantes dijeron: Al pueblo de México, a ti padre, a ti madre: nosotros no somos unos alumnos revoltosos ni intransigentes; simplemente somos estudiantes que estamos luchando por una mejora del IPN, porque sabemos que esa es la mejor herencia que podremos dejar a las futuras generaciones.

Además, agradecieron la participación de las autoridades federales y del IPN en el diálogo. También agradecieron a los miembros de la comunidad politécnica que de una u otra forma no estuvieron de acuerdo con esto, pero al final el trabajo pudo salir adelante.

Por su parte, el director del Politécnico advirtió que quizá haya intereses externos a la casa de estudios que quieran influir en el proceso que ésta vive. La tentación de injerencia externa en el proceso puede ser muy grande, del tamaño de la tarea, por lo que un fuera manos no está de más, expresó al leer un mensaje de conclusión de estos trabajos.

Subrayó que desde su origen, “el Poli es la expresión más auténtica de la educación pública, laica y gratuita; es obra de los mexicanos y para el ciudadano universal”.

Por ello, indicó que a casi 80 años de existencia, el IPN se ha convertido en símbolo nacional; “todos debemos cuidar este patrimonio, porque es de interés público.

Nuestra comunidad pasará a una siguiente etapa aún más intensiva; con entusiasmo renovado retomaremos las funciones sustantivas de docencia, investigación y difusión cultural e iniciaremos la organización del congreso nacional politécnico. Tengan la certeza de que el Instituto Politécnico Nacional, como cada vez que ha sido requerido, sabrá responder al interés general, aseguró.

En entrevista posterior, Fernández Fassnacht dijo que cuando recibió el nombramiento para ser director del Poli se sintió como a quien hacen capitán de un barco en plena tempestad, pero que ahora se encuentra fuerte y entusiasmado para realizar su trabajo, y, con todo, bien recibido por la comunidad politécnica.