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Un niño curioso preguntaría cómo puede entregar tantos juguetes al mismo tiempo

La teoría de la relatividad da claves de la ubicuidad de Santa Claus

Investigador del Cinvestav se refiere a agujeros negros de gusano para aventurar una explicación

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Un Santa Claus toma un refrigerio después de varias horas de posar para la foto del recuerdo navideño en la Alameda Central, en diciembre de 2002Foto Roberto García Ortis
 
Periódico La Jornada
Miércoles 24 de diciembre de 2014, p. 33

En estas fechas hay una recurrente pregunta en la mente de los niños que esperan la llegada de Santa Claus: ¿Cómo hace el personaje del traje rojo para entregar, en una sola noche, juguetes a millones de niños que ansiosos lo esperan por el mundo? La respuesta a ese cuestionamiento está en la ciencia, en particular en la teoría de la relatividad.

A propósito de la llegada del personaje, el científico Gerardo Herrera Corral, del Departamento de Física del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del IPN, hace un lúdico análisis sobre la travesía del visitante del Polo Norte.

El investigador detalló que el esperado hombre de barba blanca y prominente vientre podría valerse de los principios de la teoría de la relatividad, la cual postula que es posible la existencia de agujeros negros de gusano que conectan diferentes partes del espacio y el tiempo. Con ellos san Nicolás podría viajar y conectarse a distintos sitios en muy poco tiempo para entregar todos sus regalos.

Esa posibilidad en la teoría de la relatividad podría provocar que con cada agujero de gusano Santa no sólo se desplace por varias partes del planeta, sino que podría detener el tiempo mientras baja por las chimeneas o entra por puertas o ventanas de las casas para entregar los regalos, porque una propiedad de dichos agujeros es que en su entrada el tiempo no transcurre.

Si bien un agujero de gusano le sería muy útil, también requeriría de una cantidad de energía negativa poco realista, equivalente al tamaño de un planeta grande, concentrada en un volumen pequeño. Además, dijo el científico, existe un problema mayor, y es que la teoría de la relatividad no ofrece posibles fuentes de ella.

Pero es justo con esta limitante con la que el regordete y barbudo personaje podría hacer uso de los nuevos descubrimientos en el campo de la física de altas energías, dado que el recientemente observado Bosón de Higgs es un campo cuántico cuya energía, en su estado más bajo es negativa, lo cual ofrece una posibilidad más real a Santa de desplazarse largas distancias en poco tiempo, indicó el científico en un artículo de divulgación difundido por el Cinvestav.

Algunos pensamos que el Higgs podría estar detrás del misterio decembrino de Santa Claus y responder ¿cómo es que puede entregar millones de juguetes en una sola noche?

Explicó que si bien se trata de una especulación educada, podría no ser más improbable que las explicaciones que se dan al problema de la materia oscura o la antimateria, entre otras, en el campo de la física.

El universo conocido nació hace 13 mil 800 millones de años, y entonces las partículas sin masa se movían a la velocidad de la luz y formaban sólo un resplandor de partículas lumínicas incapaces de formar estructuras. Cuando apenas habían trascurrido 10 a la menos 36 segundos ocurrió algo inusitado: el universo creció de manera descomunal, pasó del tamaño de miles de millones de veces menor al grosor de un cabello al de una naranja. Este fenómeno, dijo Herrera Corral, es conocido como inflación, el cual se desarrolló en un tiempo de 10 a la menos 35 segundos. Al final de esta súbita expansión las partículas habían adquirido masa.

Los cosmólogos piensan que esta transformación se debió a la presencia de un campo escalar que en su nivel más bajo adquirió una energía negativa, la cual es posible en el mundo microscópico descrito por la mecánica cuántica.

Los avances científicos recientes han mostrado que la existencia de campos con valor esperado más bajo de energía negativa ha quedado comprobada con el descubrimiento del Bosón de Higgs. Éste es justamente un campo escalar fundamental, muy parecido a los que necesitan los cosmólogos para explicar la inflación cósmica en el universo temprano; la energía negativa debió haber creado una presión negativa que dilató el universo en lo que hoy llamamos inflación.

Con un artilugio de este tipo Santa Claus sería capaz de deformar el espacio-tiempo y poner a su disposición la perpetuidad misma. Así la ejecución taimada de sus diligencias es entonces un pasatiempo sin que pase el tiempo, porque en la boca del agujero de gusano el tiempo no pasa, sostuvo Herrera Corral.