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Reaparece para favorecer el clima político, como él diría

Aguirre, gran elector ante larga lista de aspirantes guerrerenses

Óscar Díaz Bello, con más posibilidades, según perredistas locales

Enviado
Periódico La Jornada
Domingo 18 de enero de 2015, p. 7

Iguala, Gro.

Antes de negarse a pactar con la corrupción y la impunidad, el senador Armando Ríos Piter –exitoso como panista, priísta y perredista– buscó, tal como se lo había pedido Jesús Ortega Martínez, al ex gobernador Ángel Aguirre Rivero, quien no respondió ninguna de sus ocho llamadas.

Quizá porque donde el país ve un estado ingobernable, la clase política guerrerense sólo mira pequeños obstáculos que el tiempo y las campañas habrán de desvanecer.

Ríos Piter decidió anunciar que no buscará ser candidato porque no quiso, dicen sus cercanos, someterse al hombre que apenas el 23 de octubre pasado, a regañadientes, anunció su retiro del gobierno estatal. Para favorecer un clima político, dijo Aguirre entonces. El clima debe ser ya muy favorable, porque el oriundo de Ometepec ha vuelto por la puerta grande: la de Gran Elector en el PRD.

El martes pasado, Aguirre hizo publicar en la prensa local una foto donde aparece sonriente, y de corbata, flanqueado por el dirigente perredista David Jiménez Rumbo y el senador Sofío Ramírez.

El primero es el heredero político de Armando Chavarría, asesinado durante el gobierno de Zeferino Torreblanca (un crimen no esclarecido, para variar); el segundo, su candidato a la gubernatura.

Aunque no han comenzado legalmente ni las precampañas, el rostro de Sofío Ramírez está en montones de anuncios por todas partes. Está, por ejemplo, en una gigantesca manta que cubre la fachada de un edificio en la plaza principal de Chilpancingo, donde los profesores y diversas organizaciones sociales mantienen un plantón: “Narcosenador”, se lee, en grandes letras. Que me investiguen, ha dicho Sofío, y hace unos días se apersonó en la Procuraduría General de la República, en el Distrito Federal, para pedirle a Jesús Murillo Karam que indague sus antecedentes y los de toda su parentela.

Jiménez Rumbo –activo, para efectos de la grilla perredista, de la Alianza Democrática Nacional de Héctor Bautista– no tuvo ningún problema para tomarse la foto con Aguirre, pese a que en reiteradas ocasiones lo había señalado como responsable por omisión de los crímenes de Iguala.

Parafraseando de manera penosa al prócer Vicente Guerrero, se diría: la candidatura es primero.

Una candidatura, siete aspirantes

Que el PRD está en la peor crisis de su historia es algo que reconocen hasta los chuchos más connotados. En el discurso. En los hechos, las cosas siguen como siempre. Los asesinatos de seis personas el 26 de septiembre, los hallazgos de innumerables fosas, las numerosas evidencias de que el municipio era controlado por un cártel, los 43 desaparecidos, nada ha desalentado los deseos de los políticos del norte guerrerense de representar a su estado en la Cámara de Diputados.

En el distrito II, que comprende 10 municipios –varios de ellos fueron dominados por Guerreros Unidos– se anotaron siete perredistas para disputarse una candidatura.

El último en registrarse fue Netzahualcóyotl Bustamante Santín, secretario de Migrantes y Asuntos Internacionales del gobierno local.

Antes lo habían hecho la ex diputada local Lea Bustamante Orduño; Ignacio de Jesús Valladares, alcalde de Teloloapan; Roger Arellano Sotelo, diputado local, y Venus Atenea Flores Hernández, cuñada del síndico municipal Justino Carvajal Salgado, asesinado en 2013.

También solicitó su registro Soledad Hernández Mena, hija del dirigente Arturo Hernández Cardona, por cuyo homicidio fue consignado el ex alcalde José Luis Abarca.

Pese a la larga lista, el aspirante con más posibilidades, según perredistas locales, es el diputado local Óscar Díaz Bello, actual miembro de la corriente del ex gobernador Aguirre, quien hace tres años disputó la candidatura a la alcaldía y que, en un acto de campaña, se acercó a Andrés Manuel López Obrador para entregarle un documento contra Abarca.

Lo que yo sé fue que le dio la encuesta que lo colocaba a él con ventaja, dice Mario Martínez Bustamante, presidente del comité municipal del PRD, cuando se le pregunta si le entregó al candidato presidencial pruebas sobre los vínculos de Abarca con un grupo delincuencial. Sé que hizo lo mismo con Jesús Ortega y Jesús Zambrano, añade.

Para qué desgarrarse las vestiduras

Mario Martínez Bustamante, presidente del comité municipal del PRD, es economista por la UNAM y le debe haber entrado a la política a su maestro Carlos Perzabal, pariente de Manuel Marcué, a quien aún considera su gurú. Para efectos prácticos, sin embargo, es miembro del Movimiento Jaguar, constituido por el senador Armando Ríos Piter.

Martínez no pierde la esperanza de que Ríos Piter recapacite y termine siendo el candidato de la izquierda en Guerrero: Es el mejor posicionado, la gente quiere verlo en la boleta.

La lista de aspirantes es larga y la definición pronta (el último día de este mes). El ánimo perredista frente a las dificultades para definirla lo resume mejor que nadie la aspirante a la diputación por el distrito II, Lea Bustamante, en declaración recogida por el reportero Alejandro Guerrero: Para qué nos desgarramos las vestiduras si al rato le vamos a echar la cargada.

Desatada la crisis por el caso Ayotzinapa, el entonces dirigente del PRD, Celestino Cesáreo Guzmán, minimizó el daño electoral que podría tener para su partido: El PRD no mató a nadie. El costo sería menor, añadió, porque la fruta podrida ya fue apartada. Y ahí siguen las naranjas acomodándose al andar de las campañas.