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¿Qué con la pintura?
Q

uienes practican la pintura y las disciplinas ortodoxas, de ningún modo están en contra de las manifestaciones del arte conceptual o del llamado contemporáneo.

Este tema, abordado en anteriores notas pretende ahora guardar un sentido generalizado. Revisé para eso algunas publicaciones de autores consagrados. En What is painting?, Julian Bell eludió la respuesta a su propio título, lo que hizo sabiamente fue dividir su material en capítulos, ejemplificando v.gr. la pintura abstracta y aparentemente monócroma de Ad Reinhardt en la escuadra negra.

De hecho los cuadros se ven negros en fotografía. Pero si uno ha visto alguno o conoce la Capilla de Rothko en Houston, se percata de la cantidad de colores que integran ese supuesto negro.

En su libro Funciones de la pintura Fernand Léger propuso una bien armada síntesis sobre momentos de su trayectoria, misma que arrancó con Picasso y luego en algo influyó en la retoma figurativa de Diego Rivera.

Citaré un pensamiento de Léger: “lo ideal sería conseguir una sensación de belleza, de equilibrio, de satisfacción física y moral… ¡maravilloso!”, pero ese ideal es distinto para cada quien y para cada tiempo. José Clemente Orozco en Jiquilpan y en otras obras es arrollador, pero no se valdría replicarlo para hacer referencia a horrores actuales.

Un espectador de la Muestra imposible montada en el Centro Nacional de las Artes quiso adquirir la réplica digital de El cenáculo, de Leonardo.

¿Cuánto cuesta?, lo puedo pagar, le dijo a la funcionaria Beatriz Vidal. También hubo quien quiso adquirir la Mona Lisa; posiblemente son las dos pinturas, una mural, la otra de caballete sobre tabla, más conocidas y difundidas en el mundo.

En cambio, si alguien intenta reproducir en su mente otras de análogo calibre, como La ronda de la noche, de Rembrandt, la composición no resulta tan accesible a la memoria y en cambio es fácil describir la distribución de los elementos y de los personajes en El cenáculo.

La ronda de la noche es un cuadro de tectónica abierta. Además la reproductibilidad desde luego que influye, de modo que recordamos La lección de anatomía del profesor Tulp, también de Rembrandt (retomada por varios artistas en diferentes contextos). Es una de las obras más difundidas del mundo, y su composición se aprehende de inmediato.

El cuadro condiciona y seguirá condicionando durante mucho tiempo la evolución artística contemporánea anotó Léger. Podríamos inferir que este maestro alude a las mociones, predilecciones, límites y logros de un presente que conserva viva una práctica del pasado.

Para muchos Manuel Felguérez, Vicente Rojo, Gabriel Orozco y Abraham Cruzvillegas son contemporáneos en activo. Pero no ocurre así para quienes consideran la división moderno-contemporáneo como un acto de fe irreductible y no me refiero sólo a los curadores.

Una colega francesa denominó oscuramiento ideológico al siguiente fenómeno: Lo que se muestra no es siempre lo que se necesita ver. Yo lo entiendo así: la situación deseante del espectador se somete o se amalgama al campo social y lo toma como representación del sistema de la visión.¿Eso quiso decir la colega? Si entendí bien, ocurre un distanciamiento en el imaginario, mismo que con todo y ser absolutamente legítimo rige las visitas a los museos de arte (el caso Kusama es paradigmático) y puede incluso llegar a matizar el modo como se concibe y se enseña la historia del arte en determinada región o país en un momento dado.

Julian Bell acierta no al lanzar como título ¿qué es la pintura?, sino al preguntarse ¿qué es pintar? Se responde así: fijar una materia (no dice unos pigmentos sobre una superficie. Esto, se dirá, puede o no satisfacer como definición, pero es obvio que la fijación responde al propósito de tener en cuenta lineamientos que conllevan la idea de componer, de configurar, de distribuir, sea de acuerdo a un esquema previo (lo que en un tiempo se denominó disegno interno) o al contrario, procurando la absoluta espontaneidad del impulso, de modo que en este abanico hay varias maneras de abordaje de pintura.

Sobre el impulso diré que para quienes tienen formación de pintores y son reconocidos como tales, el impulso puro no ocurre, por puro que sea, obedece a una retórica propia, se trate de quien se trate. El ejemplo consabido sería Willem de Kooning, quien padeció Alzheimer y siguió pintando. Evito aquí referencias a motivos de representación o a posibles métodos de simbolización. Ese es tema casi inabarcable.

En suma, cavilaciones. Anotaré palabras que le escuché al pintor Daniel Lezama: la pintura es objetual y está entre los objetos más caros del mundo. Por caro no sólo se refería a su precio, que se mide por centímetro cuadrado, sino igual a su aprecio y a la demanda que existe por parte de quienes añoran o añoramos mayores espacios dedicados a este medio no muy privilegiado en México ahora.*

* Por cierto, aunque Raquel Tibol (1923-2015) bien pudo haber dicho, según Gabriel Macotela, que nunca iría al Museo Jumex, sí que fue. Aprovechó una de sus visitas a Plaza Carso, tanto para conocer el edificio como para ver la muestra de Cy Twombly.