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Con energía desbordada dio inicio la edición 16 del encuentro musical latinoamericano

The Specials reúne a unos 30 mil en la primera jornada del Vive

La gozadera musical hizo posible la aceptación de Paquita la del Barrio por los jóvenes

La Lupita y Lumumba hicieron estallar el escenario principal

Babasónicos puso a bailar a la multitud

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The Specials, uno de los grupos representantes del ska inglés, durante su actuación en el Vive LatinoFoto Víctor Camacho
 
Periódico La Jornada
Sábado 14 de marzo de 2015, p. 8

Energía desbordada, catarsis colectiva, melomanía absoluta que da de comer al espíritu. Ese es el Vive Latino, festival que se erige como el más importante de Latinoamérica y llega a su edición 16 con la pleitesía hacia el rock y a uno que otro sonido que lo circunda. También se escuchó el chambacú y el pop noñón, que para muchos es su bandera.

Nada más festivo que el correr, gritar, cantar, bailar e ir de un lado a otro como satélite sin órbita.

Así fue la primera parte de este encuentro al que, hay que decirlo, cada vez le duelen menos cosas, como las críticas a su cartel sobre la utilización excesiva de bandas de habla anglosajona. Esas críticas se disiparon ayer con un grupo como The Specials, que junto con Madness, representan al ska inglés desde los años 70.

Los británicos lograron reunir a unos 30 mil gustosos en baile agachadito. Qué decir de Babasónicos, que para el cierre de edición organizaban con una multitud una danza perenne.

La reunión de miles y miles en el festival ya es lo de menos. Valió más el sincretismo, la alegría y el olvido de los problemas de un país convulsionado en lo social.

Acá fue la gozadera plena y la felicidad momentánea que hizo posible la aceptación de los jóvenes de una nueva no tan nueva punketa: Paquita la del Barrio, quien junto con Genitálica, recibieron honores del respetable. Era de tarde aún.

Llegan desde las dos

Desde las dos de la tarde llegaron. Unos solos, otros en pareja o en grupo. Se vio a gente en silla de ruedas, a familias nuevas con todo y bebé, al cual ya lo introducen en el vicio de escuchar decibeles a alto nivel.

Cinco escenarios con diversas propuestas con no más de 40 minutos en los que la banda, es decir, todos los chicos y chicas, no se daban abasto.

El ir y venir fue incesante. Parece que iban a un destino concreto, pero también como si fueran a la nada.

Comenzó la histeria colectiva en el Foro Sol. La juventud, no sólo del Distrito Federal, sino del interior de la República, llegó atraída como abejas al panal al inmueble, que este fin de semana se vuelve nicho de ágape con el rock, el pop, la cumbia y lo electrónico.

Las hordas llenaron poco a poco el sitio. Incluso, se vio a personas en sillas de ruedas y otras tanto con sus bebés. No faltaron las dos generaciones: padres e hijos tomando selfies, recordando sus momentos juntos en el festival.

Se respiró la buena energía, y el clima ayudó un poco más: nublado y fresco, presto para escuchar conciertos al aire libre, tomar mucha cerveza (aunque cueste cara), fumar mota y comer chatarra: pizzas, hamburguesas, frituras. Todo por el bajón.

Triclo Circus Band abrió el encuentro en el escenario principal. Su acto circense musical encendió a los primeros que llegaron.

Lumumba y su reggae, y La Lupita y su rock suave, hicieron estallar el escenario principal. Mientras Catupecu Machu, The Molovskys y Julie Dopler contribuyeron a embellecer la primavera chilanga.

Para el anochecer, muchos ya andaban tambaleando por el alcohol, pero con amplias sonrisas. Degustaban de la acústica de extraordinarias propuestas como la de Tinariwen, grupo originario de Mali, cuyos integrantes hicieron viajar a los presentes al desierto africano con sus canciones de resistencia social. Ataviados con sahara y shilabas, sus sonidos transportaron a Bamako y la revolución tuareg.

Para todos hay en el Vive. La carpa El Gozadero presentó a los sonideros La Conga y Pancho, de Tepito, para dar lustre a las Doctor Martens... con el polvo de la Magdalena Mixhuca.

También en la carpa Intolerante se escucharon buenas propuestas, como We are the Grand e Iraida Noriega, y la Groovy Band, por ejemplo, donde la hipsteriza se plantó.

El Foro Sol mutó en burbuja de libertad y libertinaje efímero mediante el rock, la música popular, el desmadre juvenil.

A altas horas de la noche se esperaba la presentación de The Vaccines, Interpol y Robert Plant, que hasta ahora no tienen una sola rola en español, pero escucharlos es placer de pocos.