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No me quedé callada, eso es importante, dice la escritora

Murguía da por zanjada la disputa con Pérez-Reverte

Ir a juicio sería asociar mi vida a su nombre, y eso sí que no

 
Periódico La Jornada
Sábado 21 de marzo de 2015, p. 7

La escritora mexicana Verónica Murguía dio por zanjado el enfrentamiento con el escritor Arturo Pérez-Reverte luego de que éste, en un comunicado difundido la noche del jueves, en el que subraya que es evidente que su texto Un chucho mejicano provenía sin duda de un texto original de la señora Murguía y señala he presentado públicamente mis disculpas.

El señalamiento de plagio del articulo Historia de Sami lo dio a conocer La Jornada en su edición del martes. No me quedé callada, eso es importante, dijo la escritora en una entrevista vía telefónica. “Más no va a aceptar, los términos (del comunicado) son muy ambiguos, pero al menos acepta que mi texto es anterior, que tomó cosas de ahí, a mí me parece que la definición de plagio es más estricta de la que dice, y que sí se aplicaba a este caso, pero comparado con la advertencia de ayer (La Jornada. 18/03/2015), el tono es distinto.

“Es un tono quizá más conciliador, lo que me parece que queda claro que mi texto es anterior, que tomó cosas de ahí. Ahí la voy a dejar, porque tengo muchísimo que hacer.

“Tal vez de una forma ingenua pensé que como no quería dinero todo iba a ir en una solución más suave, hubo un bache fuerte (el miércoles), pero si se va a solucionar así, que se solucione así. Lo que ya sería para mí muy bueno e importante pero eso sí necesitaría un litigio es que sacara Un chucho mejicano del libro (Perros e hijos de perra), pero no tengo los recursos para hacerlo, sobre todo los recursos vitales, no tengo la energía para embarcarme en un juicio de plagio. Lo digo con cierto fatalismo.

No quise incurrir en la dejadez, pero también creo que sería de mi parte verdaderamente temerario, ahora sí, incurrir en un desgaste vital de enfrentarme con una persona a la que le costó tanto trabajo pedir disculpas en juicios, sería asociar mi vida a su nombre y eso sí que no. Cumplí mi parte, que es la que me importa, el rasgo que más me irritaba del sobre escrito de él, que no había la sensación comunitaria y amorosa que había en mi texto, porque es un homenaje no nada más a Sami, sino a la veterinaria y a los vecinos. Siento que me lo debía a mí, al texto y a la memoria del perro, sé que es un poco pueril. Ya, de aluna manera, incompleta e insatisfactoria, logré que reconociera que mi texto era anterior. En un momento en que esté menos zarandeada voy a estar más contenta.

–¿Da por terminado el asunto?

–Sí.

El comunicado de Pérez-Reverte dice a la letra:

“Sigo asombrado al ver, en alguna prensa mexicana, con qué desmesura se sigue planteando este asunto del artículo sobre el perro Sami y cómo se ha desbordado hasta el disparate. Pero lo que más lamento es que una entrañable historia de perros, en cuyo amor a ellos coincidimos la señora Verónica Murguía y yo, y que narré en su momento con todo cariño y admiración, haya dado lugar a esta absurda serie de malentendidos, desmentidos y mentís, cuando la realidad es simple: se trata de un artículo escrito hace casi 20 años, en circunstancias que hoy, lógicamente, es difícil recordar con detalle; pero con las referencias suficientes en el texto para establecer que, aunque parte de la información básica en él contenida (que obtuve por relato oral de una tercera persona también mencionada en el artículo) provenía sin duda de un texto original de la señora Murguía (aspecto que a mí también me parece evidente y no pienso negar en absoluto), en ningún momento puede considerarse escrito con mala fe ni planteado como plagio, término que se refiere a apropiaciones más literales, descaradas y concretas, con ocultación maliciosa de la autoría real, y palabra de la que en este triste asunto se está abusando en exceso. Sería absurdo un plagio en el que el supuesto autor incluyera, como fue el caso en mi viejo artículo, el nombre de la plagiada. Junto con mi irritación por el uso a mi juicio excesivo de esa palabra, he presentado públicamente mis disculpas a la señora Murguía por la evidente similitud de ciertas expresiones contenidas en algunas líneas del artículo con algunas líneas de su texto original, de las que sin duda éste es origen, reiterando la ausencia de mala fe tanto por mi parte como por la de quien me refirió la historia. No tengo nada más que decir sobre este asunto, y apelo a su buena voluntad para darlo por aclarado.”