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Muestra colectiva que sugiere la actualidad del país, en el Museo Universitario del Chopo

Infiernos artificiales ilustra los pequeños avernos cotidianos

El dadaísmo es el antecedente histórico de las obras y los artistas de la exposición

La ruptura de los formatos es una de las características más sobresalientes de las piezas, apunta el curador Daniel Garza

Participan 13 creadores nacidos después de 1980

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El título de la exhibición alude a un texto que escribió André Bretón en 1921 sobre el dadaísmo. En la imagen, pieza de Iván KrassoievitchFoto cortesía del museo
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Obra de Andrew BirkFoto cortesía del museo
 
Periódico La Jornada
Domingo 29 de marzo de 2015, p. 2

La experiencia infernal de todos los días, vivir en este pequeño averno cotidiano que depende de la decisión de muy pocos, es parte de lo que se trasluce en la obra de un grupo de artistas convocados a crear piezas sugerentes de la situación actual del país para la exposición Infiernos artificiales.

El título también hace alusión a un texto que escribió André Bretón en 1921 sobre el movimiento Dadá, agrega en entrevista Daniel Garza Usabiaga, curador de la muestra colectiva que se inauguró el jueves pasado en el Museo Universitario del Chopo.

Nunca seremos un mar en calma es de las primeras piezas que reciben al público en esta muestra, que se abre como un ensayo sobre la inconformidad, la insubordinación y la contestación en el arte, montada en la sala Helen Escobedo, en el primer piso del museo icónico de la colonia Santa María La Ribera.

La creación de Cynthia Yee emerge sobre una mesa como un conglomerado de torres construidas con bloques de cientos de pequeñas tarjetas de papel sobrepuestas. La fotografía de la pareja en el poder descendiendo del avión presidencial, Carlos Slim con el encabezado de los 10 personajes más ricos del mundo, y frases como Postula el PVEM a un cazador de venados, #EsCensura o Nos vemos en las calles se levantan en esta frágil urbe. ¿Cómo seguir cantando?, cuestiona, entre el sonido de los helicópteros.

La exposición infernal, antónima de los paraísos artificiales de Baudelaire, reúne 15 piezas realizadas por 13 firmas, la mayoría de autores nacidos a partir de 1980. Se invitó a un grupo de artistas, sin un tema específico, detalla Garza Usabiaga, coordinador de artes visuales del recinto.

Están sucediendo tantas cosas en el país, en todos los sentidos. Hay un sentimiento de inconformidad, que se refleja en las piezas a nivel formal, desafiando las condiciones de cada medio, pero igual se podría manifestar con algunas piezas que hablen de la problemática actual, que es múltiple.

Garza Usabiaga comenta que la actitud de inconformidad o insubordinación ha estado presente en la historia del arte por lo menos desde principios del siglo XX, es algo que ha hecho que el arte cambie y se expanda.

Por ejemplo, el curador menciona el dadaísmo, con su inconformidad ante la situación que se vivía. Esta insubordinación fue en dos sentidos: por un lado, los artistas revolucionarios, los soportes, pero también fue un colectivo políticamente activo. Pienso sobre todo en la experiencia en Berlín.

El texto de Bretón aludido en la exposición en el Museo del Chopo fue escrito en el contexto del movimiento dadaísta en París. Este movimiento del siglo pasado es un antecedente histórico de los artistas y piezas de los Infiernos artificiales, pero también el punk, como los pollitos coloridos entre fiesta de confeti que forman dos piezas en el amplio y blanquecino salón.

Una camioneta desvencijada en pleno proceso de hojalateo, con paisajes abstractos de primer y resanador; el proceso destructor de objetos inermes ante la quijada de un perro, una escultura construida con las cajas de televisores de alta definición de 24 pulgadas repartidas entre la población para mover a México y las cajetillas de cigarros autografíadas por la banda inglesa The Clash, son algunos de estos avernos que surgen, entre diversas técnicas, como fotografía, escultura, instalación, fanzine y pintura no convencional.

La ruptura de los formatos artísticos constituye una de las características más sobresalientes de la propia pieza, se declara sobre la muestra en Enrique González Martínez número 10.