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El pintor Pablo Weisz inauguró exposición con cuadros suyos y cinco esculturas de su madre

Mucho movimiento y pocas acciones para crear el museo Leonora Carrington, dice su hijo
 
Periódico La Jornada
Viernes 10 de abril de 2015, p. 4

Crear un museo de Leonora Carrington, antes de que se cumpla su centenario natal en 2017, me encantaría, expresa Pablo Weisz Carrington (DF, 1947).

El hijo de la pintora y escultora surrealista aclara que sería un museo de escultura, mucha de la que él mismo aportaría. Es lo que tengo. Lo demás, la familia vive de la venta de la pintura de madre; entonces, no tengo muchas cosas, y del trabajo de mi padre (el fotógrafo Chiki Weisz), por supuesto.

¿Qué hay respecto del museo? Mucho movimiento y pocas acciones; no voy a decir más. ¿Sería en México o en Gran Bretaña? Aquí, privado y público, como que se ha atorado porque la situación económica y esto y el otro y lo demás. Sí lo entiendo, pero me urge que se haga algo sobre ella, donde hay algo muy sólido.

En cuanto al centenario de la artista, Weisz Carrington dice que nadie se le ha acercado.

Pablo Weisz fue entrevistado con motivo de la exposición Dos generaciones, con 29 pinturas suyas y cinco esculturas de Leonora Carrington, inaugurada la noche del miércoles en el Casino Español de México, donde permanecerá dos semanas. Beatriz del Carmen Bazán de Cuevas cortó el listón inaugural.

El pasado lunes 6 la artista de origen británico habría cumplido 98 años, pues falleció el 25 de mayo, a los 94.

Tras la muerte de su madre, Weisz Carrington, cuya obra también es de factura surrealista, dejó de pintar unos siete meses, luego retomó ese quehacer. Sus cuadros más recientes tienen algo de fondo abstracto, combinado con ideas mitológicas, como los que he hecho antes. Entonces, sí hay algo de contraste entre el antes y el ahora.

Lecciones de la artista surrealista

–¿Cuál fue la gran lección, o lecciones, que recibió de su madre?

–En primer lugar fue la de ponte a trabajar y luego preocúpate por lo que dicen los demás. Eso me estimuló a seguir en la pintura y demás. Muchas veces comparo, por ejemplo, lo que hizo Max Ernst con su hijo Jimmy, historia atroz que se puede leer en el libro que escribió. Ernst no quiso saber nada de su obra.

“En contraste, mi madre siempre me dijo, ‘hazlo, puedes quedarte en el estudio, aquí hay papel, dibuja’. Me enseñó muchas cosas, técnicas, al verla trabajar. También nos influyó mucho cuando preparaba escenas de teatro o máscaras. Como eran muchas, todos teníamos que trabajar. Decía, ‘tú, haz una’. Insistía en que me corrigiera. Bueno, la sombra va aquí y la perspectiva acá.”

En Estados Unidos, donde radica, el también médico retirado, especializado en patología, tomó cursos en la escuela de artes de la Universidad de Nueva York, así como en otros lugares donde vivió. Sin embargo, dice haber aprendido casi todo de los libros de Helen Van Wyk.

–¿Por qué irse más por el lado de la madre que el del padre?

–Voy a decir algo chistoso. Mi padre decía que la fotografía no es arte, era su opinión. Él era un filósofo autodidacta y siempre, cada noche que pudimos, sacábamos a pasear a los perros y hablábamos de todo. Lo adoré.

Según Pablo Weisz, la mayoría de las veces el artista no sabe de dónde vienen las ideas: Me preguntan, ¿sueñas estas ideas? No, se me ocurren. Voy manejando, se me ocurre una idea, paro el coche, hago una nota y la guardo. Después reviso todas mis notas. O, cuando escucho música, si se me ocurre una idea hago un bosquejo y luego lo hago en pintura.

(El Casino Español se ubica en Isabel la Católica 29, Centro Histórico.)