Quito.

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, afirmó ayer que las manifestaciones en su país no son fortuitas, sino tienen como objetivo desestabilizar a su gobierno con miras a las elecciones presidenciales de 2017, en su informe semanal de labores transmitido al país desde Milán, Italia, donde se encuentra de visita.

Ecuador vivió una semana de movilizaciones contra el gobierno por el envío, al Congreso, de proyectos de impuestos a las herencias y a la plusvalía. El viernes la mayor concentración se reportó en Guayaquil, pero también hubo protestas en Quito, Ambato y Esmeraldas. El oficialismo hizo lo suyo y convocó a sus simpatizantes en favor del mandatario.

Hay que estar muy atentos, la situación del país es bastante grave, advirtió Correa en su mensaje radiotelevisado, tras apuntar que con la ayuda de asesores extranjeros la derecha pretende repetir la misma estrategia que se aplica en Venezuela.