Opinión
Ver día anteriorLunes 9 de noviembre de 2015Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Desde el Otro Lado

Trabajadores foráneos

E

n un interesante documento publicado por la organización American Action Forum, bajo los auspicios de la Silicon Valley Community Foundation, se da cuenta de las necesidades que Estados Unidos, en particular la industria electrónica del Valle del Silicón, tiene de mano de obra de otros países para cubrir sus necesidades de producción y de por qué el gobierno de ese país debe ampliar el programa para visas a trabajadores migratorios.

En las conclusiones del documento se enfatiza el déficit que en pocos años existirá, particularmente de mano de obra de baja calificación o no calificada. Se calcula que para 2020, de no modificarse la política migratoria, el país tendrá un déficit de 7.5 millones de los trabajadores que por ahora provienen de otros países. La solución, señala el estudio, es ampliar el programa de visas para empleados temporales cuyo nivel escolar es menor a la secundaria o capacitar un número mayor de migrantes que ya residen en Estados Unidos. Esto último tiene sentido, pues de acuerdo con el estudio La nueva geografía de los trabajos, de Enrico Moreti, por cada trabajador calificado son necesarios cinco más en otras áreas. Dos corresponden a profesionales, como médicos y abogados; los otros tres, a empleados con escasa o nula calificación, como dependientes en tiendas de servicio o meseros y recamareras en turismo y servicios.

El American Action Forum estima que habrá un superávit aproximado de 150 mil profesionistas con nivel universitario. Cabe preguntar entonces por qué una de las peticiones que los principales dirigentes de la industria electrónica del Silicon Valley hicieron en el pasado al presidente Obama fue la ampliación de visas para trabajadores calificados, particularmente de India y China. ¿Cuál es la necesidad de importar técnicos calificados si hay superávit de ellos en el país? Muchos son parte del 5 por ciento de desempleados, según cifras recientes. Una de las explicaciones es que el salario que reciben los técnicos procedentes de esos países es menor a los que se pagan a los que egresan de las universidades estadunidenses. Es más barato importar técnicos cuya educación corrió a cargo de las sociedades de otros países.

Es evidente que los conservadores estadunidenses están inmersos en una vieja contradicción. Para quienes se quedaron anclados en el pasado, se deben cerrar las puertas a los trabajadores migratorios y así salvar la identidad nacional. Para otros, esa ideología obsoleta estorba las nuevas condiciones óptimas para el funcionamiento del sistema de mercado. La historia ha dado la razón a estos últimos.