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La conferencia de José Antonio Rodríguez abarcó la ex URSS, México, EU y Alemania

Destaca especialista los vasos comunicantes entre vanguardias del arte fotográfico
Foto
En el área de murales, del Palacio de Bellas Artes, José Antonio Rodríguez disertó sobre la evolución de la fotografía, actividad inscrita en la muestra La vanguardia rusa, montada en ese recintoFoto Guillermo Sologuren
 
Periódico La Jornada
Viernes 11 de diciembre de 2015, p. 4

Las distintas vanguardias en la fotografía que surgieron de modo casi paralelo a principios del siglo XX en la ex Unión Soviética, México, Estados Unidos y Alemania se alimentaban entre sí. No hubo una sola vanguardia y ninguna determinaba a la otra, dijo el historiador del arte José Antonio Rodríguez, durante una conferencia el pasado miércoles en el área de murales del Palacio de Bellas Artes.

Inscrita en las actividades complementarias de la exposición La vanguardia rusa: el vértigo del futuro, montada en el museo de ese recinto, Rodríguez –apoyado con la proyección de fotografías– se refirió a esas vanguardias, cuyos esfuerzos creativos y en distintas circunstancias trabajaron en favor de una modernización de la imagen, a partir de lo que fue el proceso de industrialización, tratando de darle significado cultural.

Detalló cómo el pintor y fotógrafo Alexander Ródchenko, figura clave en Rusia, estudió y propuso una nueva gramática visual, otra manera de ver el mundo.

La mirada del ave y la del gusano

De acuerdo con Rodríguez, a diferencia de una fotografía tradicional, que se captaba a la altura de los ojos, se empiezan a desarrollar otras perspectivas, como la toma de una imagen en picada o contrapicada, que se denominaban la mirada del ave y la del gusano, de manera que se creó una geometrización del cuerpo y el entorno.

Otra característica de esas nuevas imágenes, señaló Rodríguez, fue eliminar el fondo, para dar mayor presencia a los primeros planos. Predominan la máquina y el metal, sin la presencia humana, generalmente. Todo era pensado. Nada había a la casualidad en esos nuevos constructores visuales.

La vanguardia mexicana, continuó Rodríguez, en un primer momento estaba representada por Tina Modotti y Edward Weston, quienes con sus imágenes intentaron dignificar la figura del campesino y el obrero.

En Estados Unidos, la vanguardia fue representada con el primer manifiesto y primer Salón de la Fotografía Pura, cuyos creadores pugnaron por una enorme nitidez. En Alemania, se reconoció como la nueva subjetividad.

Cada una (la rusa, la mexicana, la estadunidense y la alemana) tenían sus características e intereses. Todas se alimentaban entre sí. No había una sola vanguardia. Por decirlo de alguna manera: juntos, pero no revueltos. Todas tienen vasos comunicantes, explicó Rdríguez.

La vanguardia rusa llegó a México, añadió, vía Serguéi Eisenstein, figura clave para la vanguardia mexicana.

Entre los fotógrafos mexicanos que desarrollaron una estética vanguardista figuran Enrique Goodman, Emilio Amero, Agustín Jiménez, José Torres Palamos, Lola y Manuel Álvarez Bravo, así como Gustavo Casasola.

La vanguardia rusa: el vértigo del futuro reúne más de 500 obras entre pintura, instalación, escultura, carteles, caricatura, dibujos, fotografías y objetos de utilería de artistas rusos de finales del siglo XIX y primeras décadas del XX.

Esa magna exposición, que se puede visitar en el Museo del Palacio de Bellas Artes (avenida Juárez, esquina Eje Central Lázaro Cárdenas, Centro), concluirá el 31 de enero de 2016.