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Reabren al público seis casas restauradas en las ruinas de la legendaria ciudad romana

Revivir Pompeya fue como luchar contra molinos de viento, afirma superintendente

Fenece el plazo de la UE para erogar 105 millones de euros en ese proyecto de rescate urgente

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Visitantes observan un detalle de una de las seis casas del sitio arqueológico, cuya restauración se dio a conocer el pasado juevesFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Lunes 28 de diciembre de 2015, p. 7

Roma.

Los turistas en la antigua Pompeya tienen maravillas recién restauradas que admirar, incluyendo una casa lujosamente decorada de un comerciante y una vivienda más modesta de clase media.

Un negocio donde los residentes de Pompeya compraban telas y una estructura con áreas de baños termales también se encuentra entre los seis sitios abiertos al público el jueves.

En años recientes Pompeya ha estado plagada de disputas laborales que cerraron las puertas al turismo y del colapso de algunas ruinas, en medio del financiamiento crónicamente bajo para su mantenimiento.

Sin embargo, el primer ministro Matteo Renzi expresó optimismo en la develación de las ruinas restauradas.

Hicimos noticia con los colapsos, ahora hacemos noticia con la restauración, expresó.

Mosaicos bien preservados y frescos de vívidos colores se encuentran en los sitios restaurados en las extensas ruinas cerca de Nápoles.

Italia es el país con más sitios considerados patrimonio mundial por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

El ministro de Cultura suele comparar ese tesoro con las reservas de petróleo del golfo Pérsico.

Sin embargo, la dramática situación de la antigua Pompeya pone en entredicho la importancia que el país atribuye a su patrimonio.

Las ruinas de la ciudad sepultada tras la erupción del volcán Vesubio en el año 79 y redescubiertas en el siglo XVIII constituyen para muchos el mejor símbolo de la incapacidad de Italia para cuidar sus tesoros.

Una iniciativa de la Unión Europea (UE) mejoró la situación, pero no está claro por cuánto tiempo.

“Esto podría haber sido otro Caporetto”, asegura Massimo Osanna, superintendente de Pompeya, en referencia a la humillante batalla perdida por Italia frente a Austria durante la Primera Guerra Mundial y cuyo nombre se sigue utilizando hoy como sinónimo de desastre nacional.

Excelente progreso: Unesco

El estado de las ruinas de Pompeya tocó fondo en 2010, cuando su famosa Casa de los Gladiadores se derrumbó en medio de fuertes lluvias. La indignación internacional hizo que las autoridades en Roma consiguieran 105 millones de euros (115 millones de dólares) de la UE para restaurar todo el complejo arqueológico.

Sin embargo, cuando Osanna asumió el cargo en marzo de 2014, el llamado Gran Proyecto Pompeya de la UE apenas había comenzado. Eso pese a que Bruselas fijó el plazo de diciembre de 2015 para invertir la totalidad de los fondos o devolver a la UE los que no se hubiesen usado.

“Pensé que estaba viniendo a un sitio en el que debería luchar contra molinos de viento, como Don Quijote. Mis colegas me decían: ‘¿Qué te llevó a aceptarlo?”’, recuerda ahora el arqueólogo de 52 años. No me arrepiento de la decisión, pero fue más difícil de lo que imaginaba.

La misma visión comparte el general Giovanni Nistri, ex director de la división de patrimonio nacional del cuerpo de policía Carabinieri encargado desde finales de 2013 de la administración financiera del proyecto de rescate y considerado uno de los grandes responsables de evitar un desastre.

Nistri aseguró que cuando asumió el cargo, 25 por ciento de los proyectos de conservación no se habían puesto en marcha y existían sólo sobre el papel. No pudo dar razones del motivo: simplemente era así.

El general sí detalló las medidas que tomó para resolver la situación, como reducir los plazos de licitaciones de un año a menos de un mes y vincular todos los fondos comunitarios a proyectos específicos, pero reconoció que hasta el 31 de diciembre se habrán gastado sólo unos 40 millones de euros de los 105 disponibles.

La esperanza de Nistri consiste ahora en que la UE extienda un par de años el plazo para usar los fondos restantes y no exija su devolución. Es muy probable que el tema se resuelva de forma positiva, dijo.

Un argumento en favor es que la Unesco, que había llegado a amenazar con declarar Pompeya un sitio en riesgo de destrucción, reconoció el giro de la situación: en marzo, sus inspectores constataron el excelente progreso logrado desde que Osanna y Nistri se hicieron cargo del tema.

Entre esos progresos claves se encuentran un nuevo sistema de drenaje en la zona aún no excavada de las ruinas que reducirá el riesgo de otro colapso como el de 2010 y un sistema de mapas computarizados que debería facilitar la detección de situaciones críticas.