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La macrorecreación de la novela gráfica de François Olislaeger se exhibe en la Casa de Francia

Exposición monumental transita por la vida del artista francés Marcel Duchamp

El formato permite también al lector convertirse en actor de su interpretación, refiere el ilustrador

 
Periódico La Jornada
Sábado 16 de enero de 2016, p. 4

En un sendero zigzagueante, la exposición Marcel Duchamp: un juego entre mí y yo invita a transitar por las páginas de la vida del artista francés que marcó un hito en el arte del siglo XX, quien intentó matar la pintura e inventó el ready-made. El silencio, la lentitud y la soledad es lo que ocurre hoy, se lee entre las láminas impresas a escala humana de la novela gráfica de François Olislaeger.

El Centro Pompidou de París fue punto de confluencia con la idea original, una biografía no lineal impresa sobre un cuaderno en forma de acordeón. Trazos sin color hechos con un lápiz para arquitecto y una pluma de tinta negra se publicaron a la par de la gran retrospectiva dedicada a Duchamp (1887-1968) que abrió en septiembre de 2014 en el museo parisino dedicado al arte contemporáneo.

La novela, publicada en español por editorial Turner, serpentea en una ampliación monumental de casi 60 metros de largo y un metro 80 de alto tras el cristal de la galería de la Casa de Francia (Havre 15, colonia Juárez), donde el jueves recibió a los primeros y numerosos visitantes en su inauguración.

“Un hombre que se aburría, solo, en su casa. Fuma pipa, se interroga sobre el paso del tiempo, el arte e inventa el ready-made viendo girar una llanta de bicicleta sobre el piso”, apunta Olislaeger, dibujante de origen belga nacido en 1978, desde el recuerdo del día que escuchó en la radio una vieja entrevista a Duchamp, una voz tan sensible y singular.

Un mingitorio blanco expuesto como obra de arte en el museo de Nueva York, con el título La fuente, es una de las obras más recordadas de quien hizo del arte lo que quiso. Y luego, ejerció influencia innegable en la producción venidera. No hay solución porque no existe ningún problema, alguna vez dijo y fue citado durante la apertura gráfica por el agregado cultural de la embajada de Francia en México, Rafael Metz.

Foto
Sobre estas líneas, François Olislaeger, en la apertura de la exposiciónFoto Roberto García Ortiz

No hay una vida, no hay relato, sólo hay proposiciones. Esta es la mía, afirma Olislaeger al ofrecer un acercamiento original al trabajo y vida de Duchamp, compartir ideas y comentarios que permiten dibujar una idea de su personalidad artística. El formato permite también al lector convertirse en actor de su interpretación: no hay una manera unívoca de leer la vida del artista, sino varios caminos que pueden seguirse en el libro, en su historia, en un recorrido.

Pervive su influencia

En el macrolibro se ilustran escritos autobiográficos de Duchamp, la historia de las vanguardias, el origen de varias obras, como La Mona Lisa a la que pintó un bigote, el enigma del famoso urinario y la visión de que el arte y la vida son una sola cosa.

En entrevista durante la noche de apertura de la exposición, que permanecerá hasta el 31 de marzo, el ilustrador comentó que en su trabajo como autor de historieta le gusta confrontar su práctica con otros campos artísticos, como ha hecho en libros sobre teatro o uno dedicado a la coreógrafa francesa Mathilde Monnier. Cuando quise hacer algo sobre arte contemporáneo, para mí el artista más representativo del siglo pasado es Marcel Duchamp, también ahora, porque todavía viven sus ideas y su influencia.