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Fotomultas: justificaciones e ignorancias
A

propósito de la polémica levantada por el nuevo Reglamento de Tránsito del Distrito Federal (DF), en especial acerca de la prohibición de circular a más de 50 kilómetros por hora (km/h) y las fotomultas aplicables a quienes transgredan esta norma, establecida con el supuesto objetivo de evitar accidentes, el jefe del Gobierno del DF, Miguel Ángel Mancera, declaró:

(…) el reglamento está funcionando y si está salvando vidas, tenemos que defenderlo.

Su afirmación se basó en datos procedentes de un micrositio sobre el Reglamento de Tránsito, de la Secretaría de Seguridad Pública del DF. Según esa información, del 15 de diciembre de 2015 al 7 de enero de 2016 el número de personas muertas por atropellamientos fue 37, mientras en el mismo periodo del año pasado se registraron 48 decesos; es decir, la cifra de personas lesionadas bajó de 235 a 209.

El señor Mancera concluyó: Yo creo que está claro y los ciudadanos, además, están viviendo lo que es esta realidad ( La Jornada, 12/1/16).

En esta declaración, Mancera muestra desconocimiento total de los más elementales fundamentos del método científico. Para empezar, cualquier persona que sepa lo más sencillo de la estadística puede decir que de una muestra de dos datos, como la que él invoca, no se puede concluir nada acerca de ningún fenómeno. Es necesaria siempre la colecta de muchos más datos, en este caso a lo largo de periodos mucho más largos, en condiciones similares, en los que se exhiba el comportamiento de las poblaciones de peatones y de conductores de autos y su relación.

Ahora bien: al aplicar una restricción a la velocidad máxima de los automóviles en el DF, con el propósito de evitar accidentes, atropellamientos y salvar vidas, tiene que mostrarse que la causa de tales accidentes es el exceso de velocidad de los autos. Y al respecto, los datos tienen que ser procesados de maneras muy distintas a como Mancera hace. Lo más simple, una vez colectados todos estos datos, es procesarlos estadísticamente considerando no sólo datos absolutos, sino el promedio de veces que a lo largo del tiempo se presenta un fenómeno; la moda (el dato que más veces se repite, o dicho de otro modo, el de mayor frecuencia absoluta), la mediana (el valor que ocupa el lugar central entre los valores del total de datos, ordenados en forma creciente o decreciente) y la desviación estándar (medida del grado de dispersión respecto de la media, de los datos de una muestra). Aquí estoy hablando de estadística de secundaria y mi semblante se sonroja de pena, al tener que recordar cosas tan elementales a las autoridades de la ciudad de México.

Por si pareciera poco, es necesario analizar las causas puntuales de los accidentes. ¿Cuántas de las personas arrolladas por un auto lo fueron debido a exceso de velocidad? ¿Qué velocidad? ¿Cómo se sabe que 50 km/h es la velocidad a la que se minimizan los accidentes? ¿Pueden haber otras causas de muerte por atropellamiento? Quizás se originaron porque el conductor del vehículo se pasó un alto, a que dio la vuelta en un lugar equivocado, a que los frenos le fallaron, a que tuvo que evitar a otro coche o a un ciclista que se le cerraron, a que había manchas de aceite en el pavimento que hicieron que el auto patinara, a una imprudencia del propio peatón, atravesando la calle en lugar erróneo; a que no hubiera una señalización adecuada, a una distracción involuntaria del conductor o el peatón. Todas estas causas pueden ocurrir sin que necesariamente haya exceso de velocidad.

Para llegar a conclusiones lo más completas y coherentes posibles sobre este complejo problema, es necesario realizar un estudio científico serio que lo aborde justamente como un fenómeno de alta complejidad y no basarse en un par de datos sueltos.

Mientras eso no ocurra, ninguna falta se puede probar y las fotomultas, ya sólo por ese hecho (sin considerar otros que no menciono por falta de espacio), son ilegítimas.

*Investigador de la UNAM