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Solicitan ayuda a la sociedad; donde haya inhumaciones clandestinas, ahí vamos a estar

Iglesia y familias de desaparecidos de Acapulco se organizan para buscarlos
Corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 12 de febrero de 2016, p. 38

Acapulco, Gro.

Familiares de víctimas de desaparición forzada y secuestro a manos del crimen organizado en los cinco años recientes en esta ciudad e integrantes de la pastoral de la Arquidiócesis local presentaron la organización Familias de Acapulco en Busca de sus Desaparecidos.

En conferencia de prensa, explicaron que el 19 de enero pasado fueron reconocidos oficialmente como asociación civil. En una primera etapa, 21 familias se unieron para exigir a los tres niveles de gobierno la búsqueda de sus parientes, pues, señalaron, no sólo hay desaparecidos en Ayotzinapa, sino en otras partes del estado.

En Acapulco son cientos de desapariciones a las cuales la autoridad no ha dado seguimiento. Buscamos la sensibilidad de la sociedad civil y solicitamos su apoyo, que no sea indolente, pues nadie está exento de vivir una situación así, expresó la presidenta de la agrupación, María Ema Mora Liberato.

Necesitamos picos, palas, hojas, lápices...

Tenemos familias que en más de cinco años no han sabido nada de sus familiares. Vamos a hacer lo mismo que nuestros hermanos de Iguala, Chilpancingo, Sinaloa, Coahuila y otros estados: buscaremos en fosas. Estamos en el proceso de protocolización, lo que genera desgastes físico, emocional y económico. Necesitamos donaciones: picos, palas, hojas, lápices, dijo.

Hace unos días el arzobispo de Acapulco, Carlos Garfias Merlos, señaló que en los cuatro años recientes la Arquidiócesis ha atendido a cerca de 2 mil personas de unas 300 familias que han sido víctimas de violencia e inseguridad tanto en el puerto como en las regiones de las Costas Chica y Grande.

Mora Liberato agregó que exigirán a los gobiernos federal, estatal y municipal que todos los restos que no ha sido reconocidos o fueron inhumados en fosas comunes sean identificados con muestras de ADN, y cuando la sociedad nos diga: aquí hay una fosa, ahí vamos a estar.

Ciro Fuentes Urióstegui, quien busca a su hijo desde hace tres años, señaló que México es una inmensa fosa común y hay miedo, pero eso no les impide exigir una ley de víctimas y la transformación del sistema de justicia.

El párroco Jesús Mendoza Zaragoza dijo que la impunidad debe ser abatida y eso compete a la sociedad. Las víctimas, afirmó, merecen atención especial, pues viven una situación muy complicada y dolorosa, y no hay condiciones para que busquen a sus familiares.