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Cunas y bebés
A

unque sólo unos meses antes Armando Ahued había presumido de que ya disponía del Expediente Clínico Electrónico, en abril de 2015 se hizo pública la crítica situación que atraviesa el Hospital General Ajusco Medio, bajo responsabilidad de la Secretaría de Salud capitalina. Ahued, titular del ramo, ocupa el cargo hace ya nueve largos y opacos años, disponiendo de instituciones, recursos públicos y empresas, sin rendir cuentas sobre un cuantioso presupuesto que suma 11 mil 483 millones de pesos (Gaceta Parlamentaria 030, ALDF, 2015) más los recursos federales del Seguro Popular, en 2016.

Trabajadores y autoridades del nosocomio solicitaron a Mancera levantar un programa emergente mediante el cual se canalicen los recursos necesarios para resolver sus agudos problemas. También plantearon que se otorguen las basificaciones previstas y exigieron la remoción de Ahued y sus colaboradores más cercanos.

En un preciso documento de cinco cuartillas, el personal adscrito al hospital detalló a Mancera que, pese a tratarse de un establecimiento con apenas cinco años de operación, sus condiciones de desempeño se han deteriorado aceleradamente. El centro sanitario registra un desabasto crónico de medicamentos y material de curación, falta de mantenimiento y de consumibles de los equipos médicos e instalaciones, todo lo cual se agudizó los meses pasados. Los trabajadores advierten a Mancera que ese deterioro ha alcanzado niveles muy graves, lo que afecta la atención a los usuarios y obliga, en algunos casos, a que sean referidos a nosocomios federales. Incluso, patentizaron que por la ausencia de consumibles en los equipos, deben reutilizarlos con el consecuente riesgo para los pacientes.

Por lo que toca a la materia estrictamente laboral señalan que, cada año, han pedido a Ahued –por conducto de los directivos del hospital– consolidar la permanencia de la plantilla de profesionales de la salud del hospital. Ello, por cuanto ahora se los contrata por honorarios, trimestralmente, en calidad de prestadores de servicio y sin tener derecho a ningún beneficio salvo algunas concesiones, como una semana de días concedidos al semestre, un bono anual de un mes como aguinaldo y el reconocimiento de incapacidades. La respuesta institucional a su pedido ha sido, invariablemente, que faltan recursos.

Precisaron que, a lo largo de los cinco años de operación del Hospital General Ajusco Medio, el índice de rotación de la plantilla es cercano a 120 por ciento. Por tanto, subrayan, en ese periodo 850 trabajadores han dejado esta unidad. En su opinión, y esa es la demanda directa a Mancera, proponen modificar la actual política laboral y eliminar las mafias que se han apoderado de las direcciones de los sindicatos y que sólo buscan beneficios personales.

También comunican a Mancera que mucho lamentan que Ahued no cuente con un verdadero programa de desarrollo y se gaste una gran cantidad de recursos en acciones que sólo buscan un efecto mediático para beneficiar la figura de los funcionarios. Admiten que, sin duda, hay serios, graves problemas políticos, sociales y económicos en todo el país, pero estiman que se puede enderezar el rumbo; en primer lugar para beneficio de los pacientes y en segundo plano, para mejorar las condiciones de trabajo.

Y en efecto, mientras el hospital Ajusco Medio enfrenta la penuria, después del fiasco denominado El médico en tu casa, Ahued sigue, en efecto y muy alegremente, gastando una gran cantidad de recursos en acciones que sólo buscan un efecto mediático para beneficiar la figura de los funcionarios. Dos son sus nuevas aportaciones programáticas innovadoras puestas, como siempre, al servicio de la imagen de Mancera.

El 19 de diciembre 2015, con la finalidad de garantizar el derecho a la alimentación de niños de hasta 12 meses, Mancera inauguró el programa piloto Bebé Seguro. Este gobierno, declaró, tendrá un sello de cuidado hacia los bebés. Cuando se acuerden de nosotros se van a acordar de que hicimos todo lo necesario para que sus bebés estuvieran mejor, para que crecieran más sanos. Su meta inicial pretende entregar a las madres –mediante tarjeta electrónica– apoyos mensuales de 400 pesos a más de 4 mil menores en condiciones de vulnerabilidad.

Mancera dejó inmediatamente claro que ese dinero sólo podrá ser utilizado para adquirir alimentos, medicamentos o artículos para bebés. El muy vistoso programita cuesta 30 millones de pesos, e, igual que ocurrió en el caso del fiasco denominado Médico en Tu Casa, Mancera amenazó con que de llegar a consolidarse, impulsaría que se convirtiera en ley: que se evalúe y se mida, para que no nos digan que es clientelar. Sólo es de protección!!

Sólo tres días después, el 22 de diciembre, Mancera se engalanó cumpliendo su meta de atender y entregar, sólo en cuatro meses a 10 mil madres 10 mil unidades del igualmente vistoso, oportuno y resolutivo programa Cunas CDMX. Esta iniciativa innovadora también busca garantizar un desarrollo integral de los bebés con paquetes que incluyen alimentos y artículos de aseo, así como una cuna de cartón.

Mancera destacó la importancia del programa enfatizando que se ha “encontrado que los niños tenían que dormir en el suelo, en algún huacal –de esos donde se guardan frutas, las verduras o la misma cama que el papá y la mamá porque no había otro espacio”–. El programa, agregó, seguirá en 2016 acompañado por Unicef.

Vaya penalización electoral que les aguarda en el futuro inmediato.

*Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco