Sociedad y Justicia
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Había 567 en 1997 y en 2015 sólo 60; tres murieron en marzo

Cae población de vaquita marina pese a estrategia de recuperación
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El riesgo de extinción de la vaquita marina es cada vez mayor, pese a las acciones para conservar esta especie endémica en el Puerto de San Felipe, Baja CaliforniaFoto Carlos Ramos Mamahua
 
Periódico La Jornada
Lunes 16 de mayo de 2016, p. 37

La población de la vaquita marina, especie en riesgo de extinción que sólo habita en el alto Golfo de California, cayó cerca de 90 por ciento de 1997 a 2015, al pasar de 567 ejemplares a 60 en diciembre pasado, y en marzo se detectaron tres muertos. Esto, a pesar de la estrategia gubernamental impulsada hace un año para su recuperación, entre cuyas medidas están la ampliación de la zona de refugio, veda pesquera y apoyos económicos a los pescadores.

La base de esta tragedia ambiental es la dificultad para hacer cumplir las leyes, a pesar de los esfuerzos que han hecho sucesivos gobiernos y aunque las redes agalleras (donde las vaquitas quedan atrapadas) han sido prohibidas desde hace ya un año, la pesca ilegal continúa. Es impulsada por el altísimo precio del buche (la vejiga natatoria) del pez totoaba en el mercado asiático, donde uno solo cuesta miles de dólares, sostuvo Exequiel Ezcurra, experto en el tema y director del Instituto México Estados Unidos de la Universidad de California, Riverside.

En 2014, cuando el Comité Internacional para la Recuperación de la Vaquita Marina (Cirva) presentó un informe, reportó que había alrededor de 200 ejemplares, el año pasado se habló de cien. Científicos e investigadores de la Administración Nacional Oceanográfica y Atmoosférica (NOAA, por sus siglas en inglés), del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático y de la Comisión Nacional para el Uso y Conocimiento de la Biodiversidad, entre septiembre y diciembre de 2015, hicieron un estudio de población que detectó 60 ejemplares.

El viernes pasado se dieron a conocer estos datos en la séptima reunión del Cirva, donde las secretarías de Medio Ambiente y Marina consideraron que la estrategia establecida en abril de 2015 contribuirá a evitar su extinción. Ya en 2014 el Cirva advirtió que la pesca ilegal de totoaba, también en riesgo de extinción, era una de las causas de la muerte de la vaquita, ya que queda atrapada en las redes pesqueras.

Exequiel Ezcurra apuntó a La Jornada que el tráfico de este tipo de productos no podría operar sin una cierta pasividad de Estados Unidos y de China. Es obvio que los pescadores de panga del Alto Golfo no pueden, ellos solos, poner productos ilegales en Asia sin pasarlos por la frontera, hacia el norte primero y después sacarlos desde Estados Unidos hacia China. Sólo con la cooperación de los tres países podríamos pensar en controlar este mercado ilegal y este ecocidio.

Aseveró que hay un gran mercado ilegal de captura de totoa-ba y de corvina. Se capturan peces grandes, de alta calidad alimenticia para sólo extraerles la vejiga natatoria y tirar el resto, es un despilfarro ambiental sin precedente. Se pone en riesgo la existencia de esos peces, y el uso de redes agalleras para esta pesca ilegal está llevando a una especie no objetivo, la vaquita marina, directamente a la extinción. Es trágico.