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Rio 2016

Su compatriota etiope Dibaba fue tercera y la keniana Cheruiyot se llevó la plata

Almaz Ayana estableció el récord mundial en la prueba de 10 mil metros

Mi dopaje es mi entrenamiento y mi fe, estoy limpia como cristal, dijo la nueva monarca

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Almaz Ayana pulverizó el registro de la china Wang Jungxia, establecido en 1993Foto Afp
 
Periódico La Jornada
Sábado 13 de agosto de 2016, p. 3

Río de Janeiro.

La etiope Almaz Ayana voló sobre el tartán, en un día lluvioso y gris que se iluminó al establecer el récord mundial en 10 mil metros, con 29.17.45 minutos, para bajar 14.33 segundos una marca que tenía 23 años, y así consiguió la primera medalla de oro del atletismo en la justa brasileña.

La fondista deshizo un registro que parecía intocable con lo hecho por la china Wang Jungxia (29.31.78) en 1993, aunque el espectacular final tuvo poco público. Sólo vi el récord cuando acabé la carrera. El objetivo era ganar, dijo la atleta por medio de su traductor.

El ritmo que impuso ayer la multicampeona fue intenso, imposible de seguir incluso por las kenianas, sus habituales perseguidoras, y ni qué decir del resto de las atletas.

Alice Nawowuna encabezó la carrera hasta casi los primeros 5 mil metros, a una velocidad que fragmentó en múltiples grupos a las competidores y que le sacó hasta dos vueltas a las rezagadas mexicanas Brenda Flores y Marisol Romero.

Cerca de Nawowuna se mantuvo su compatriota Vivian Cheruiyot y las etiopes Ayana y Tirunesh Dibaba, esta última campeona defensora. Esperaban el momento, que llegó de golpe, pues Ayana hizo el cambio, aumentó la velocidad de tal manera que ninguna otra atleta pudo seguirla.

Cheruiyot ocupó la segunda plaza (29.32.53) y Dibaba cronometró 29.42.46 para atrapar el bronce, seguida de Nawowuna (29.53.51). En esta carrera seis competidoras batieron el récord de su país y 15 hicieron su mejor marca personal o la del año.

El clima ayudó, pues la lluvia que cayó en la mañana permitió imprimir mayor velocidad en la pista y la temperatura fresca dio alas a los atletas.

Ante la duda que ensombrece el atletismo africano por el uso de sustancias prohibidas, Ayana dijo sonriente: Mi dopaje es mi entrenamiento y mi fe. Estoy limpia como el cristal.

La nueva monarca olímpica pulverizó un registro cuestionado, ya que Jungxia perteneció al ejército de Ma Junren, entrenador cuyo grupo de atletas desató polémica en los años 90, al beber pócimas a base de sangre de tortuga.

Flores (32.39.08) y Romero (35.33.03) terminaron en las posiciones 32 y 35, respectivamente. La primera estampó su mejor marca de la temporada, mientras la segunda fue última debido a las lesiones que arrastraba desde hace tres meses de las cuales no logró recuperarse, por lo que analizará si se retira del deporte.

Flores, campeona panamericana en la distancia, consideró que el debut le sirvió como aprendizaje de que me falta mucho por trabajar. Hay que darle más recorrido a estas piernas. Tengo 24 años y espero que mi mejor momento llegue a los 30.