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Enrique V se inscribe en el proyecto para acercar el arte a adolescentes con un entorno difícil

Un menor pide seguir recluido para actuar en obra de Shakespeare en el FIC

Nosotros les dimos teatro y ellos nos dieron un corte de cabello, señala el director Daniel Goldman

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Dominique Gould, Ángel Rubio, Glenda Tejada y Daniel Goldman, ayer en Guanajuato, con el cartel de la obra diseñado por los 14 adolescentes que escenificarán Enrique VFoto Carlos García
Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 6 de octubre de 2016, p. 6

Guanajuato, Gto.

En el Festival Internacional Cervantino (FIC), 14 menores de edad recluidos en el Centro de Reintegración Social para Adolescentes de Guanajuato montarán la obra Enrique V, de William Shakespeare.

Durante cuatro semanas los jóvenes trabajaron en la adaptación de esa obra; incluso, uno de los participantes pidió que retrasaran dos semanas su liberación para intervenir en la representación teatral, dijo el director, Daniel Goldman.

La puesta en escena dura 30 minutos y hoy será presentada exclusivamente para los jóvenes de ese centro y el viernes el público en general podrá ver la obra en la que participan Ángel Rubio, como asistente de dirección, y Glenda Tejada en la dirección de escena.

Para nosotros es más importante el proceso que el resultado; la forma en que trabajamos con estos chicos, en este proyecto se permitió que chicos y chicas trabajaran juntos. Hicimos un trabajo de coro, todos hacen todos los papeles, por la situación de que el grupo siempre cambia, dijo Goldman.

Reconoció que entró con muchos prejuicios, pero estos terminaron porque los adolescentes tienen mucha nobleza y solidaridad. “Nosotros les dimos teatro y ellos nos dieron un corte de cabello.

El proyecto no fue obligatorio para ellos, nadie fue forzado, estuvieron en la sala de ensayo porque quisieron estar, el grupo es muy unido, una paleta se repartía para que todos pudieran degustarla, dijo Goldman.

Los adolescentes, añadió, crearon el cartel de la obra, nombraron Free Family a su compañía de teatro y en el epílogo escribieron sus sentimientos. Es muy conmovedor escuchar en su letra cómo lo han vivido, es muy positivo; están contentos de hacer teatro, lo han disfrutado.

Daniel Goldman señaló que no sabe si lograron hacer un trabajo de reintegración, si los adolescentes serán mejores personas, pero mostraron mucha nobleza.

No puedo creer que estén en ese lugar, no los veo como personas que hubieran hecho algo para estar ahí, expresó.

Ocuparse en el arte

Glenda Tejada consideró que el proyecto incidió para que los 14 adolescentes sean mejores personas. Saben que pueden ocupar su tiempo y su talento en el arte; ellos hicieron el cartel de la obra, se pusieron a dibujar, canalizan sus energías. Uno compuso un rap de lo que él siente, de verse juzgado y etiquetado, refirió.

El director dijo que los internos en el Centro de Reintegración Social deben vestir de blanco y azul, pero el vestuario para la obra es rojo y negro. No hay escenografía, ellos mismos como coro forman los espacios, crean las paredes, el campo de batalla, el corte inglés, el corte francés; todo lo hacen con el cuerpo.

Añadió que cada uno tiene una escena preferida; a algunos les gustó la batalla, porque pueden hacer todas sus fantasías, crean una violencia permitida sin tocarse, a otros sacar la voz, tener una autoridad que no les permitimos en la vida.

La idea era que la obra fuera de 60 minutos, pero los tiempos y la dinámica propia de un centro de reclusión no permitió extender la historia, dijo Goldman.

Señaló que tuvieron la intención de modificar la trama, en lugar de una batalla entre ingleses y franceses, se pensó en un enfrentamiento entre bandas.

Fue una tentación, pero decidimos no cambiarla; hablamos de Inglaterra, de reyes, de príncipes, de Francia, aclaró.

Los adolescentes trabajaron con un guión moderno de Enrique V, sin un lenguaje urbano, pero con palabras que no perdieran la esencia de Shakespeare.

Ellos han jugado a ser soldados, reyes. Más que presos son adolescentes, con cuerpos relajados.

Enrique V se inscribe en Cervantino para todos, proyecto que lleva el arte a públicos afectados por la desigualdad e inspirar a jóvenes con un entorno difícil.