Sociedad y Justicia
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Están reconocidas por la ley esas uniones, afirma Ricardo Hernández, de la CNDH

Las iglesias no podrán organizarse para opinar contra el matrimonio igualitario
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Es alto el costo de la discriminación hacia la comunidad LGBTTI, destacan en la reunión de Gay Latino. La imagen, durante una marcha para exigir respeto a sus derechos, el pasado eneroFoto María Luisa Severiano
 
Periódico La Jornada
Viernes 4 de noviembre de 2016, p. 36

El matrimonio igualitario en México está reconocido por la ley y las iglesias no podrían organizarse para opinar en contra, afirmó ayer Ricardo Hernández Forcada, director del programa de VIH/sida de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).

Tampoco son interlocutoras válidas en torno al tema, pues el país es laico, consideró al participar en el segundo encuentro regional de la organización Gay Latino.

Asimismo, al abordarse diferentes enfoques sobre la discriminación a la población gay, José Antonio Izazola, de ONU-Sida, informó que el costo de la homofobia en México asciende a más de mil 380 millones de dólares al año.

Este jueves, en la capital del país, se inauguró la segunda reunión de esa red latinoamericana por los derechos de la diversidad sexual. La primera, que se realizó en 2015, tuvo lugar en Curitiba, Brasil.

Somos una de las regiones que están más cerca de alcanzar la plena igualdad legal y social. Aún así, tenemos la tasa más alta de transfeminicidios en el mundo: cada día una mujer es asesinada en América Latina, apuntó Simón Cazal, secretario general de Gay Latino.

Por ello, llamó a sus compañeros a cambiar la manera en la que hacen activismo. Incidir en las nuevas sociedades implica un proceso de autocrítica, renuncia y reflexión individual, sostuvo.

No sólo ellos buscan renovarse, pues el conservadurismo ha encontrado argumentos falaces para defender sus posturas, apuntó Hernández Forcada. Ya no suele citar la Biblia o la religión, sino habla de derecho a la vida o derechos de la familia, señaló. No hay iglesias progresistas; no existen, aseveró.

El costo de esa discriminación hacia la población lésbica, gay, bisexual, transexual, transgénero e intersexual (LGBTTI) es alto, apuntó Izazola. A escala mundial supera 184 billones de dólares al año.

La medición, explicó, se basa en la pérdida de productividad por el desempleo o la negación de promociones en los centros de trabajo. Asimismo, en los costos que se generan a consecuencia de su salud física y mental, y de muertes prematuras por suicidio o por crímenes de odio.

De acuerdo con lo anterior, señaló, Uruguay es el país más incluyente de la región y uno de los 10 de todo el mundo. México está en el tercer sitio, después de Argentina. En cambio, Paraguay es la nación más homofóbica de América Latina.