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Anoushka Shankar y Zubin Mehta durante la transmisión del concierto en vivo en fotografías tomadas a la pantalla de la computadoraFoto Pablo Espinosa
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Mala budistaFoto Pablo Espinosa
 
Periódico La Jornada
Sábado 11 de marzo de 2017, p. a16

El pasado fin de semana en la Philharmonie, que es la sala de conciertos sede de la Filarmónica de Berlín, dos músicos de India, Anoushka Shankar y Zubin Mehta, con la orquesta de casa, pusieron en vida Symphony Raga Mala. A concerto for Sitar and Orchestra, de Ravi Shankar (1920-2012).

Este disco, la recomendación de la semana, se consigue con el nombre de Symphony en iTunes y también en las distintas opciones de música en línea, entre ellas Spotify.

Se trata de una obra fundamental en la historia reciente del arte musical. Entre otros haberes, pone en evidencia la manera en que Ravi Shankar determinó el cambio de rumbos en la composición; por ejemplo, el minimalismo debe mucho, pero mucho, a él.

También, deja claro que Ravi Shankar tiene en su hija Anoushka, a quien formó de manera semejante a como Leopold Mozart lo hizo con Volfi, una continuidad creativa pocas veces vista en la historia de la música.

Si uno observa la trayectoria de Anoushka, se percatará de que es muy parecida a la de su padre: sitarista incomparable, cabeza indiscutible del ejercicio de la música clásica de India, y al mismo tiempo gestora, hacedora de proyectos tan maravillosos como los que realizó su padre, entre otros, con Yehudi Menuhin y Philip Glass.

Los proyectos de Anoushka son hermosos todos. El Disquero se ha ocupado de ellos. Pongo de ejemplo uno de mis favoritos, reseñado en el texto que se puede leer mediante el siguiente vínculo:

https://goo.gl/g5sE7H

El concierto de la semana pasada fue transmitido en vivo a través de la Sala de Conciertos Digital, de la Filarmónica de Berlín, creada por Simon Rattle y gracias a la cual podemos estar, semana a semana, en Berlín, disfrutando de la actualidad musical y de la calidad más elevada en el planeta en cuanto a música.

Placer supremo, disfrutar la presencia de Anoushka, su sonrisa, su concentración, su sonar. Ella posee, atributo de pocos músicos, un sonido que la hace inconfundible, incluso del sonido de su padre, Ravi Shankar.

Si uno escucha un disco con música de sitar, siempre sabrá que es Anoushka quien está tocando, o bien, su padre. Pocos músicos, insisto, logran tal presencia y distinción de sonido.

También, un placer observar a los integrantes de la Filarmónica de Berlín, su manera de disfrutar una música tan espiritual, tan ritualística y pegada al universo.

Zubin Mehta a la batuta, fue el oficiante ideal para este privilegio.

Hay que decir que, por supuesto, Ravi Shankar no fue un sinfonista. No escribía solfa, como dicen en mi pueblo. Dictó ideas y un equipo completó la tarea. Lo cual no quita un ápice de autoría a esta música magnífica.

De hecho, Ravi Shankar es autor de dos Conciertos para Sitar y Orquesta. En ambos, él articula el cosmos desde el sitar, improvisador inigualable en la historia como fue. No solamente reprodujo, sino creó, entreveró ragas a la manera de un artesano que es al mismo tiempo científico. (Cumplía, con creces, la definición de música en palabras de Pierre Boulez: la música es ciencia, arte, artesanado).

David Murphy, uno de los músicos que pusieron en solfa las ideas de Ravi Shankar para Raga Mala, subraya que el maestro, conocedor de los rincones más profundos de las ragas (expresión máxima de la música clásica de India, su quintaesencia), notó que el oído occidental está afinado con la armonía, modulación y el contrapunto, texturas musicales que por naturaleza están ausentes en toda la música de India, para mantener la pureza melódica de las ragas.

Le resultó evidente que el oído occidental entrenado necesitaba una advertencia o guía de las estructuras rítmicas y melódicas para que pudiera percibirla, recibirla, apreciarla.

Fue de esa manera que estableció vínculos definitivos con gigantes de la música occidental, como John Coltrane y después con Philip Glass. Este último, don Felipe Vidrio, reconoció y dijo ante el mundo: a muchos les resultaría difícil imaginar siquiera que una sola persona a través de su fuerza y de su talento, energía y personalidad musical, haya sido capaz de modificar el curso de la música contemporánea, como Ravi Shankar lo hizo.

Raga Mala pudiera traducirse como Conjunto de Ragas, o bien Guirnalda de Ragas. Un mala es, en budismo, una pulsera para recitar mantras. Yo siempre digo que es la única mala que es buena:

Raga Mala es una obra fascinante. Es una hermosa meditación, un sumergirse en uno mismo, volar, flotar, sonreír, asombrarse.

El concierto en Berlín fue la culminación de una serie de presentaciones que hicieron Zubin Mehta (quien es coautor de la obra, pues es una de las personas más cercanas a Ravi Shankar, y ahora a Anoushka) en la batuta y Anoushka en el sitar. Las anteriores ocurrieron con la Filarmónica de Nueva York, en Manhattan, y con la Filarmónica de Los Ángeles, apenas el 14 de enero, en la sala Disney.

La obra consta de cuatro movimientos, el primero de los cuales germina con la legendaria raga Ka Zila, una de las creaciones máximas de Ravi Shankar. De inmediato, la orquesta occidental se convierte en un gran combo que emite sonoridades mágicas.

El segundo movimiento nace de la raga matutina (hay ragas para los distintos momentos del día y de la noche) Ahir Bhairav, hermosa, devocional, música límpida. Limpia el alma.

El tercer movimiento es mi favorito, lo repito y lo repito y lo repito. Es un scherzo hipnótico, bruckneriano, mágico, sencillamente mágico. Y está lleno de sorpresas. Por momentos, uno juraría que está escuchando una obra de Silvestre Revueltas. En los momentos de mayor intensidad, uno juraría que está escuchando una sinfonía de Philip Glass.

Está ahí evidente la influencia definitiva que ha tenido Ravi Shankar en la música contemporánea: Philip Glass le debe mucho, y lo reconoce, a Ravi Shankar en su música.

Y nosotros le debemos tanto a él. Y a Anoushka.

Privilegio, ser contemporá-neos de ambos. Tenerlos a ambos. A Ravi en sus grabaciones discográficas, a Anoushka en vivo. Disfrutar la música de ellos dos como se disfruta la felicidad de estar vivos.

OM MANI PADME HUM.

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