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La crítica lo tiene considerado entre los mejores del mundo

Muere Dave Valentin, flautista clave del jazz latino, a los 64 años
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El músico de origen puertorriqueño en su estudio en El Bronx
 
Periódico La Jornada
Sábado 11 de marzo de 2017, p. 9

Tras una larga convalecencia, por un derrame cerebral, muere en Nueva York Dave Valentin, el más prolífico innovador intérprete de la flauta.

El instrumentista, de origen puertorriqueño, falleció el miércoles pasado a los 64 años en el centro de rehabilitación del condado de El Bronx, donde estuvo recluido los dos años pasados.

El deceso lo dio a conocer su sobrina Debbie Phillips Valentin, quien dijo que Dave falleció apaciblemente mientras dormía. No presentó molestias, ni sobresaltos y se marchó como él quería, en paz.

El accidente cerebrovascular que provocó la reclusión médica ocurrió en marzo de 2012 durante un concierto en Cincinnati, Ohio, mientras tocaba y luego de un fuerte malestar de cabeza se desmayó. Fue internado de urgencia, pero al volver en sí tuvo secuelas de parálisis parcial en el costado derecho. Desde entonces su salud no le permitió regresar a una tarima.

Tenía esperanzas de volver a tocar

El proceso de rehabilitación médica fue muy penoso, narra Debbie, quien estuvo con él hasta el último momento de su vida, ya que además de su impedimento físico para tocar la flauta estaba el emocional, por no poder comunicarse musicalmente con su público.

Mi tío estaba optimista en que podría tocar de nueva cuenta y regresar a los escenarios, pero el desafío era inmenso y lamentablemente no lo logró, expresó su sobrina.

Valentin, quien nació en El Bronx, donde continuó viviendo hasta su muerte y donde una calle lleva su nombre, recorrió el mundo con su música y su inseparable flauta durante cuatro décadas, con su agrupación o junto a grandes estrellas del jazz y la música latina.

Comenzó desde niño en la percusión, destacándose como bongosero y tumbador, pero a los 12 años cambió a la flauta siguiendo los pasos de figuras legendarias como José Fajardo, Richard Egües (de la Orquesta Aragón) y Pancho el Bravo, de quienes adoptó la entonación y fraseo peculiares de la música típica cubana, para luego avanzar estudiando las técnicas de Herbie Mann, James Moody y Hubert Laws, quien fue, además, su maestro y amigo.

Estaba considerado por la crítica y medios especializados uno de los flautistas de jazz latino más importantes de la historia por su técnica, ritmo y vasto conocimiento musical. Durante seis años consecutivos fue elegido el flautista número 1 por la revista Jazziz y recibió reconocimientos similares de la publicación europea Jazz Hot.

Fue el primer músico latino en grabar para el sello de jazz GRP, con el que realizó 16 álbumes. Para Dave, ser firmado por este sello de alcance multinacional representó la oportunidad de su vida. En 2003 ganó un Grammy por su disco Caribbean Jazz Project, grabado con la colaboración de Dave Samuels y gracias a ello una enorme aceptación mundial.

Posteriormente firmó para Concord Records y HighNote. Para este último sello realizó sus últimas grabaciones, Come Fly With Me (2006) y Pure Imagination (2011), ambos nominados a los premios Grammy.

Versatilidad

En concierto, Dave Valentin era un incansable showman que lo mismo sonaba su flauta transversa que de todo tamaño y procedencia o se apoyaba en el echoplex para crear sonidos distorsionados. Ese entusiasmo se la capta en Live at the Blue Note (1988) uno de sus álbumes clásicos, donde participa Giovanny Hidalgo en tumbadoras. Asimismo, su técnica y gran dominio instrumental se pueden notar en temas del repertorio latinoamericano que gustaba llevar a planos jazzísticos como Obsesión, de Pedro Flores, que grabó con Herbie Man en Two Amigos (1990) o en su versión definitiva con los Golden Latin Jazz All Stars de Tito Puente, formación de la cual era director musical y con la que participa en el filme Calle 54, de Fernando Trueba.

Ya consagrado como uno de los grandes flautistas del jazz latino, nunca olvidó su origen puertorriqueño ni su barrio de El Bronx, por el que sentía una profunda identificación y cuyas causas sociales solía defender. Tampoco olvidó sus raíces familiares ni los factores que le ayudaron a tener una vida productiva, su madre y la música, evitando perderse entre los vicios y las malas compañías comunes en el barrio.

Por eso, en momentos de dolor y duda solía decir: Si voy a morir sé que partiré sin quejas ni dudas, ya que dejo una parte de mí mismo en esta tierra. Mi música.