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Estalla artefacto en el túnel entre céntricas estaciones; nadie ha reivindicado el ataque

Al menos 11 muertos por bombazo en el Metro de San Petersburgo

La procuraduría rusa califica el estallido de acto terrorista; busca la policía a 2 sospechosos

El presidente Putin, que estaba en la ciudad, expresa sus condolencias

Decretan 3 días de luto

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Atención a víctimas del estallido en la estación Tejnologichesky Institut, del Metro de San PetersburgoFoto Ap
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Una explosión en el Metro de San Petersburgo a las tres de la tarde (hora local) de ayer provocó caos y temor entre los usuarios. Este medio de transporte mueve cada día a unos 2 millones de personasFoto Ap
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 4 de abril de 2017, p. 24

Moscú.

La explosión de una bomba en un vagón del Metro de San Petersburgo, que causó al menos 11 muertos y cerca de 45 heridos, muchos de ellos de gravedad, estremeció este lunes a Rusia.

La posibilidad de un nuevo atentado, siempre latente, se quería creer ya poco probable en el contexto del despliegue de seguridad que se está llevando a cabo, cuando faltan apenas poco más de dos meses para la inauguración de la Copa Confederaciones, considerado por las autoridades rusas como ensayo general del Mundial de Futbol del año siguiente.

Sin embargo, justo en el momento en que el presidente Vladimir Putin dirigía unas palabras a sus seguidores, en un foro celebrado en la ciudad del Nevá, donde horas después se disponía a ejercer de anfitrión de su colega bielorruso, Aleksandr Lukashenko, un artefacto explosivo sembró la muerte en el sistema de transporte colectivo de la segunda urbe en importancia de Rusia.

La bomba explotó, hacia las tres de la tarde (hora local), en el túnel entre Sennaya Ploschad y Tejnologichesky Institut, céntricas estaciones del Metro de San Petersburgo, que mueve cada día cerca de 2 millones de personas y es, de acuerdo con ese indicador, el cuarto con más tráfico de pasajeros de Europa, después del de Moscú, París y Londres.

Todo indica, conforme a los testimonios de sobrevivientes, que la carga explosiva se encontraba en una mochila que habría dejado en el vagón uno de los atacantes que salió de forma rápida poco antes de que se cerraran las puertas en la estación Sennaya Ploschad.

Ya con el tren en marcha, algunos pasajeros avisaron al maquinista mediante el sistema de comunicación del vagón para situaciones de emergencia y éste decidió llegar a Tejnologichesky Institut, la siguiente estación, para revisar el hallazgo de la mochila y solicitar la intervención de la policía, en caso de existir dudas.

Pero lo que dice el manual no funcionó esta vez, ya que la bomba estalló en el interior del túnel, a mitad de camino, probablemente activada a distancia a través de un celular.

La policía –tras una primera revisión de las cámaras de seguridad– busca a dos sospechosos de cometer el atentado. Los medios locales se disputan la primicia y REN TV llegó incluso a publicar la foto de un hombre vestido todo de negro, de apariencia no eslava y larga barba, quien se presentó esta noche de manera voluntaria en la policía para declarar que nada tiene que ver con el atentado.

El otro sospechoso que mencionan los medios es un joven ruso que habría olvidado su portafolio al salir con prisa, de acuerdo con el testimonio de una muchacha que asegura haberlo visto.

La mayor interrogante que plantea este atentado –calificado ya de acto terrorista por la Procuraduría de Rusia– es si los grupos islamitas de corte radical que operan en territorio ruso, vinculados al llamado Estado Islámico (EI), y sobre todo los combatientes que regresan de Siria, adoptaron un método diferente a los ataques suicidas, utilizados casi de manera invariable, con mayor o menor intensidad, durante los años recientes.

Ciertamente, de unos meses para acá, los partidarios del EI en territorio ruso comenzaron de nuevo a lanzar incursiones y emboscadas, la más reciente ocurrió el 24 de marzo anterior, cuando un comando atacó por sorpresa un cuartel de la Guardia Nacional en Chechenia, pero no cometían atentados con bomba sin que se inmolara el atacante.

Los investigadores no descartan, por tanto, que el atentado de este lunes pudiera tener otra autoría, aún por determinar, dado que –al menos al momento de escribir esta nota, casi 10 horas después de ocurrida la explosión– nadie la ha reivindicado.

Para frenar la invariable ola de rumores alarmistas –que si hubo tres atentados o que si murieron cientos de personas, los más difundidos–, Andrei Perzhezedomsky, vocero del Comité Antiterrorista Nacional, citado por un canal de la televisión local, dijo esta noche que no se corresponden con la realidad y, a la vez, informó que los artificieros del Servicio Federal de Seguridad (FSB, por sus siglas en ruso) pudieron desactivar una segunda bomba.

Y agregó que el artefacto explosivo estaba dentro de una mochila abandonada en otra estación del Metro de San Petersburgo, Ploschad Vostaniya, junto a la terminal de trenes de alta velocidad que circulan entre esa ciudad y la capital de Rusia.

A raíz del atentado en San Petersburgo, el FSB y el Ministerio del Interior redoblaron las medidas de vigilancia en los sitios de mayor concurrencia en toda Rusia y, en especial, en el Metro de Moscú, donde las revisiones para entrar en las principales estaciones provocaron esta tarde verdaderos tumultos y retrasos considerables.

El presidente Vladimir Putin expresó sus condolencias a los familiares de las víctimas y rindió tributo a su memoria, al depositar un ramo de flores en la estación Tejnologichesky Institut, en tanto, las autoridades de San Petersburgo decretaron tres días de luto en esa ciudad.