Juan Manuel Márquez sintió un fuerte crujido en el hombro izquierdo mientras hacía una poderosa combinación durante su entrenamiento del viernes. El dolor ya no le permitió continuar. Las alarmas se encendieron en el equipo que dirige el entrenador Ignacio Beristáin, pues preparan el regreso del veterano boxeador de 43 años en agosto próximo.

Este lunes, Márquez sería sometido a estudios para determinar la condición de su lesión. Beristáin admitió que le preocupa que sea seria.

Debe ser seria, porque aunque sea una lesión menor, produce un malestar que ya no le permite entrenar, dice Beristáin; me preocupa el estado de Juan Manuel, por eso lo mandé a que se revisara con el médico y estoy esperando que me llame para saber cómo está su lesión.

Pese a que aquel crujido que les preocupó hace unos días lo obligó a interrumpir el entrenamiento del viernes, Beristáin tiene confianza de que podrá mantener su propósito de regresar al boxeo después de tres años de ausencia.

Nada me haría más feliz que Juan Manuel decidiera retirarse, que ya no estuviera en esto del boxeo, pero yo nunca intervengo en las decisiones de mis boxeadores, porque se trata de sus futuros personales y de sus cuerpos. Ellos son los únicos que pueden decidir, señala.

Tres años de no subir a pelear son demasiados, admite Beristáin; además, a los 43 años, Juan Manuel Márquez –admite el entrenador– ha perdido algunas de su facultades atléticas.

Es delicado trabajar con boxeadores avejentados, explica; hay que tener mucho cuidado de no darles cargas de trabajo muy violentas. Yo tengo experiencia con peleadores grandes, Daniel Zaragoza peleó hasta los 42 años.

Márquez –continúa– sigue como un boxeador bien temperado, con excelente físico y listo para retomar su carrera, si así lo desea, pero ha perdido la velocidad que tuvo en el pasado.

Aún así, si entrena como lo ha estado haciendo antes de que se lastimara, si continúa con esa disciplina y entrega, puede seguir como boxeador de élite y volver en agosto, claro, pero necesita ponerse en las manos de un buen médico para tratarse esa lesión; expone; yo insisto en que me gustaría que ya no siguiera en el boxeo, ya consiguió todo, y a mí ni me beneficia ni me perjudica que siga.

Lo que no ocurrirá –aclara el entrenador– es la despedida que pretendía enfrentando a otro veterano de élite, el boricua Miguel Cotto, pues recién firmó para la compañía de Óscar de la Hoya, Golden Boy, y eso cierra toda posibilidad de que se llegue a un acuerdo con la empresa que promueve a Márquez, Zanfer.

Ya el promotor se encargará de buscar algunos peleadores de calidad, porque Márquez no puede pelear con un perro, la gente no iría a verlo aunque sea quien es, y además en toda su carrera fue un boxeador al que nunca le gustó buscarse rivales a modo, como muchos acostumbran, así es que hay que esperar. Primero, que nos den el parte médico de su lesión.