Ciudad Juárez, Chih.

El juez de inmigración de El Paso, Texas, Robert S. Hough negó asilo político al periodista chihuahuense Emilio Gutiérrez Soto, quien trabajaba para El Diario antes de refugiarse en Estados Unidos, hace nueve años, por recibir amenazas de muerte por parte de soldados mexicanos.

Es el tercer comunicador cuya vida corre peligro a quien se niega el asilo en la era del presidente estadunidense Donald Trump.

Gutiérrez Soto estuvo al menos siete meses retenido en el Centro de Detención cuando cruzó la frontera, hace nueve años, para pedir el asilo junto con su hijo. Posteriormente, obtuvo la libertad condicional y un permiso temporal para trabajar mientras se resolvía su caso.

En la audiencia, el 13 de julio, el juez desechó todas las pruebas. El periodista apelará.

Gutiérrez Soto publicó información en 2005 de seis militares que robaron dinero y joyas en el poblado de Puerto Palomas de Villa; desde entonces comenzó a ser intimidado por aquéllos y en junio de 2008 crecieron las amenazas, por lo que tomó a su hijo de 15 años de edad y solicitó el asilo en El Paso, Texas.

Refirió que a los pocos días de difundirse su caso en un diario, fue llamado por un coronel del Ejército, quien le ordenó reportarse al hotel Miami, en el centro de Ascensión. Allí, el general Alfonso García Vega lo acusó, de forma intimidante, de fabricar información que sólo desprestigiaba a los militares, y le ordenó dejar de escribir este tipo de notas.

Intimidado por el Ejército

Recordó que en esas fechas alrededor de 50 soldados efectuaron un cateo ilegal en su domicilio, bajo el argumento de que buscaban drogas y armas. Le advirtieron que se portara bien. Fue cuando una amiga le dijo que lo iban a matar y decidió escapar con su hijo, que ahora tiene 23 años.

Otro periodista mexicano originario de Guerrero, Martín Méndez Pineda, que en mayo pasado permanecía retenido en el Centro de Detención de Autoridades Migratorias (ICE), de El Paso, Texas, regresó a México luego de que se le negó el asilo político. Méndez Pineda huyó de Acapulco, Guerrero, tras denunciar amenazas del crimen organizado por su trabajo como periodista, pero desistió de su intento de obtener el asilo, al no soportar el encierro y el trato inhumano en la cárcel, dijeron activistas que solicitaron su custodia. Méndez Pineda se encuentra en un lugar seguro y protegido por la organización internacional Reporteros Sin Fronteras.