Francisco Bandido Vargas regresó a los entrenamientos y ya negocia para volver a los cuadriláteros en diciembre. Después de perder el título superpluma ante Miguel Berchelt en enero, las heridas salvajes que sufrió en ambas cejas requirieron cirugía y reposo. Hoy está repuesto, pero la fila para disputar ese campeonato es larga.

Bandido ha logrado superar la inseguridad que generan esa cicatrices y no piensa más en ellas. Sabe que un boxeador temeroso es un contrincante limitado.

Pueden volverse a abrir o cortarse nuevas heridas, dice de manera directa, como si hablara de un cuerpo ajeno; pero así es mi estilo y eso ya no cambia.

Algunas personas le han advertido sobre ese estilo de combate, que adelanta el deseo de conseguir una victoria sin importar que tenga que inmolar un poco de sí mismo, pues puede dejar secuelas o limitar el tiempo activo de una carrera.

Hay quien dice que mi carrera se consume rápido, pero seguirá peleando como acostumbra; “no importa cuánto tiempo dure mi carrera, confío que hay Bandido para buen rato”, señala.

“Estamos esperando a ver si el Consejo Mundial de Boxeo hace una eliminatoria donde yo enfrentaría a Jhonny González, quizá para diciembre; el que gane pelearía contra el que ganara de Orlando Siri Salido-Berchelt”, indica Vargas.