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Si el rival está lastimado, hay que seguir hasta que paren la pelea

No podía sentir compasión: Mares
 
Periódico La Jornada
Martes 17 de octubre de 2017, p. a11

Andrés Jaguar Gutiérrez terminó bañado en sangre el sábado. Un corte impresionante en la ceja derecha obligó a que le detuvieran la pelea en el décimo episodio y declararan ganador a Abner Mares, que defendía su título pluma de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), en Carson, California.

El aspecto del Jaguar era crudo, con un tajo que podía poner en peligro su ojo izquierdo. El réferi suspendió el pleito y, caso extraño, no decretó nocaut técnico, sino que pidió que se definiera por las tarjetas. De cualquier modo, la victoria de Mares era contundente. El campeón, pese a tener enfrente a un Jaguar herido, no dejó de castigarlo.

No podía permitirme sentir compasión, dice Abner, peleador cortés y respetuoso de sus compañeros, pero, como insiste, muy honesto con lo que significa su trabajo.

Aunque el rival esté lastimado, sangrando tanto, uno debe seguir golpeando hasta que el réferi decida intervenir. Uno a veces quiere que ya intervenga, mientras tanto, es boxeo.

Abner notó desde el principio la inexperiencia del Jaguar, lo sintió verde para una pelea como esa. Notaba su falta de malicia cuando se abrazaban para protegerse o cansar al adversario; caía en las trampas que le tendía.

Me di cuenta de que empezaba a frustrarse, no podía ocultarlo, relata Mares; se desesperaba, descuidaba la defensa y recibía mucho castigo.

Una vez que lo declararon vencedor, volvió a su camerino y ahí mismo le dijo alguien de su equipo que la pelea contra el designado por AMB Supercampeón pluma, Leo Santa Cruz, un combate que representa la revancha para Mares, está a nada de firmarse. Sólo faltan detalles de contrato.

Parece cruel, porque al final es como si la pelea del sábado hubiera sido un trámite para mi próximo combate, dice Mares; pero llevo tiempo esperando esa revancha. Hoy la distancia entre Santa Cruz y yo no es tan amplia como hace dos años, mi cartel ha crecido y también soy campeón.

El Jaguar se repone de las 15 puntadas que necesitó su ceja. No está abatido, pero analiza qué fue lo que falló. Lo piensa y llega al mismo punto: la experiencia de Mares fue decisiva. Tiene mucho colmillo (...) y yo me sentía temeroso, confiesa.