El Comité Científico para la Reconstrucción y Futuro de la Ciudad de México generó las primeras líneas de investigación en cinco rubros generales: actualización de datos, análisis normativo de las edificiaciones, estudio del mercado inmobiliario, instrumentos económicos para la reconstrucción y rencauzamiento de la fuerza social en apoyo a la reconstrucción.

El presidente ejecutivo del Consejo Económico y Social de la Ciudad de México, Eduardo Vega López, informó que en la primera sesión del órgano instalado el 2 de octubre con universidades y centros e institutos de investigación, se identificaron 14 líneas de investigación, cuyo primer rubro es la actualización de la cartografía geográfica y los rasgos geofísicos y sismológicos de la metrópoli, así como del atlas de riesgos y un estudio del estado actual de los mantos acuíferos, la explotación de pozos y la posible reconsideración del suministro seguro y confiable del agua extraída.

Del segundo rubro señaló la revisión y actualización de normas de construcción y otra específica para las reparación y reconstrucción de edificaciones, así como el rediseño de la infraestructura de la ciudad y el transporte público.

Respecto del mercado inmobiliario se propuso un estudio de las características económicas del mismo, otro vinculado a la seguridad habitacional, uno que considere la rezonificación en la ciudad a partir de zonas de mayor y menor riesgo, el diseño de una nueva política de desarrollo urbano a escala metropolitana y otro más acerca de la desconcentración y densificación de algunas zonas de la ciudad.

Para la etapa de reconstrucción se determinó hacer un estudio sobre los instrumentos económicos que permitirán su financiamiento a corto, mediano y largo plazos, en el que se planteó la recomendación de generar una cultura del aseguramiento en la ciudad, seamos propietarios de imuebles o inquilinos, estemos todos asegurados.

En el quinto rubro, Vega López dijo que los expertos sugirieron realizar un estudio socioeconómico de la población afectada y las mejores vías para su apoyo y pronta recuperación, así como generar modelos de planeación para la construcción de protocolos de reacción y uno específico que documente y analice el proceso de solidaridad social y de organización ciudadana promovido por los jóvenes y su encauzamiento a la reconstrucción de la ciudad.