Opinión
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México SA

Mini ingreso: 88.36 pesos

Raquítico incremento

Canadienses vs mineros

G

enerosa que es, la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami) adelantó el regalo navideño a los trabajadores, pero como sucede año tras año el obsequio con disfraz de mini ingreso fue por demás raquítico, porque los 8.32 pesotes de aumento se componen por un elemento un tanto extraño y otro que sería el incremento como tal (3.9 por ciento, muy por debajo de la inflación), aunque el derroche comenzará a correr el primero de diciembre de 2017.

A partir de esa fecha el salario mínimo oficial crecerá de 80.04 a 88.36 pesos diarios, alza que incluye 5 pesos por monto independiente de recuperación (así lo denominan en la Conasami) y 3.32 pesos adicionales por el aumento autorizado por el Consejo de Representantes (órgano tripartita compuesto por gobierno, patrones y líderes obreros). Así, el mini ingreso mensual será de 2 mil 650.80 pesos (menos de 140 dólares, el más reducido de América Latina).

He allí la magnanimidad del consejo de representantes, un órgano tripartita que acumula décadas violando el 123 constitucional, que en su parte medular ordena: los salarios mínimos generales deberán ser suficientes para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia, en el orden material, social y cultural, y para proveer a la educación obligatoria de los hijos.

De acuerdo con la información oficial (Inegi y Secretaría del Trabajo), al cierre de septiembre pasado alrededor de 68 por ciento de la población ocupada (35.6 millones de trabajadores) obtenía de cero a tres salarios mínimos.

De ese universo, 3.5 millones estaban registrados como ocupados, pero no tenían remuneración alguna (como en el caso de los llamados empleos familiares); 7.4 millones obtenían un salario mínimo (esta información tira la versión de que en México casi nadie obtiene mucho más que un mini ingreso; en realidad, casi nadie gana más de 5 salarios mínimos, pues sólo 2.7 millones reportan ese nivel, es decir, 5 por ciento de la población ocupada); 13 millones 700 mil más de uno y hasta dos; y poco más de 11 millones más de 2 y hasta 3. Con el nuevo aumento, en 2018 recibirían entre cero hasta 265.08 pesos diarios como máximo, aunque el grueso se ubica entre 88.36 y 176.72 pesos.

A lo largo del sexenio peñanietista el aumento acumulado al salario mínimo (incluido el anunciado para 2018) ha sido de 45.45 por ciento, con una inflación oficial de 20.3 por ciento (hasta octubre de 2017 y sin considerar la correspondiente al próximo año). De allí que el inquilino de Los Pinos asegure que durante su estancia en la residencia oficial el mini ingreso se ha recuperado 21 por ciento en términos reales. Sin embargo, su medición se basa en el índice nacional de precios al consumidor, cuando los felices mexicanos que obtienen entre uno y tres salarios mínimos destinan la mayor parte de su ingreso a la adquisición de alimentos, indicador que ha crecido mucho más que el promedio general.

Sin embargo, del gobierno de Miguel de la Madrid al de Enrique Peña Nieto la pérdida de poder adquisitivo del salario mínimo ha sido aterradora. De diciembre de 1982 al cierre de octubre de 2017 la inflación acumulada fue cercana a 66 mil por ciento (el dato es del Inegi), mientras que en igual periodo el incremento al mini ingreso a duras penas fue de 36 mil por ciento. Aquí, como en los demás gobiernos, la medición se hizo con el índice general y no, como correspondería, al de la canasta básica.

Así, y sólo para equiparar el poder adquisitivo de diciembre de 1982, a estas alturas el mini ingreso tendría que ser no menor a 161 pesos diarios (sin considerar el aumento para 2018), y nada más para mantener dicho poder adquisitivo, sin ganancia real alguna.

En el balance, durante el gobierno de Miguel de la Madrid el salario mínimo registró un aumento acumulado de 2 mil 279 por ciento, pero la inflación sexenal fue de 4 mil 31 por ciento. Con Carlos Salinas la relación fue de 93 contra 142 por ciento, y con Ernesto Zedillo de 151 contra 225 por ciento.

Cuando el cambio (que de cambiar no cambió nada) se instaló en Los Pinos, el aumento acumulado al mini ingreso fue de 34 por ciento, pero en el sexenio la inflación rozó 31 por ciento. La recuperación habría sido de tres puntos porcentuales, a razón promedio anual de 0.5 puntos, pero si se considera el índice de la canasta básica la pérdida real fue contundente. Y el autodenominado Presidente del empleo –léase el tal Jelipe– el salario mínimo aumentó 29 por ciento, la misma proporción que la inflación.

La Conasami aseguró que sin demérito del interés y opiniones que diversos actores políticos han manifestado, es fundamental reconocer que los resultados positivos del esfuerzo institucional para superar las ataduras que han impedido que el salario mínimo avance de manera gradual y sostenida hacia el pleno cumplimiento del mandato constitucional son atribuibles principalmente al proceso restructurador que desde hace más de un lustro emprendió la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos, su Consejo de Representantes y los sectores que los mismos representan, con la convicción institucional de encontrar vías consensuadas, responsables y factibles para avanzar en el mejoramiento del poder adquisitivo del salario mínimo general y de los salarios mínimos profesionales, en cumplimiento de las facultades y el mandato constitucional que corresponde a esta Comisión.

Pero más allá de los pretextos que año tras año presume dicha comisión, lo cierto es que en materia salarial resulta permanente la violación constitucional por parte de esa instancia. Cómo estará el ambiente, que hasta la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) calificó de limitada y de medio camino el incremento anunciado por la Conasami, toda vez que ella había propuesto un mini ingreso de 95.84 pesos diarios para alcanzar la línea de bienestar del Coneval, de por sí reducida.

Las rebanadas del pastel

El Sindicato Nacional de Mineros, presidido por Napoleón Gómez Urrutia, denunció que el pasado sábado bandas armadas de matones de la CTM agredieron a trabajadores en paro de la mina Media Luna, en Azcala, municipio de Cocula, Guerrero, resultando de ello la muerte de dos mineros. La canadiense Torex Gold Resources es la concesionaria de la mina, y el sindicato responsabiliza de esta perversa y cobarde agresión a la propia empresa, a la CTM y a la Secretaría del Trabajo, al tiempo que exige se cancele la concesión.

Twitter: @cafevega