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Padres relatan viacrucis para hallar su cuerpo

Claman justicia para asesinada en Edomex
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Familiares, amigos y activistas se reunieron ayer en las escalinatas del palacio municipal de Chimalhuacán, estado de México, para exigir que se esclarezca el asesinato de la joven Diana Velázquez FlorencioFoto René Ramón
Corresponsal
Periódico La Jornada
Domingo 26 de noviembre de 2017, p. 31

Chimalhuacán, Méx.

Diana Velázquez Florencio fue asesinada en Chimalhuacán, municipio donde se declaró alerta de género en julio de 2015. Durante cinco días sus familiares buscaron su cadáver, debido a que autoridades ministeriales asentaron en la carpeta de investigación que era hombre y no mujer.

Lidia Florencio Guerrero, madre de la joven –de 24 años de edad cuando fue asesinada–, se sumó a la lucha que este sábado encabezaron más de 300 activistas de Nezahualcóyotl, Ecatepec y Chimalhuacán para conmemorar el Día Internacional de la no Violencia Contra la Mujer.

Las manifestantes arribaron a palacio municipal y de allí marcharon a la casa de Diana y al Centro de Justicia para exigir castigo a los feminicidas que operan en el estado de México y las autoridades de justicia que por omisión o negligencia los dejan libres.

Diana era vecina del pueblo de Santa María Nativitas, municipio de Chimalhuacán. Vendía dulces y a su madre le decía que cuando cumpliera 27 años quería tener un hijo; pero antes estudiaría la preparatoria para tener mejores oportunidades.

Siento como si me hubieran arrancado un pedazo de corazón, un pedazo de mi vida se lo llevaron. Creo que si me hubieran arrancado una parte de mí, no me dolería tanto como la ausencia de mi hija, narró Florencio Guerrero antes de encabezar la protesta frente al palacio municipal de Chimalhuacán.

Recordó que su hija le dijo días antes de su muerte: Mamá, en estos días no voy a trabajar, me voy a ir con Marcos Alonso (su pareja sentimental) quiero estar con él porque está de vacaciones. Y salió de su casa la noche del sábado sin dar más explicaciones y ya no regresó.

Alrededor de las 6 horas del domingo 2 de julio, fue hallado el cadáver de Diana en la vía pública de la calle Francisco I Madero, colonia Guadalupe, muy cerca de su domicilio. Aquel día, Lidia acudió al Ministerio Público de Chimalhuacán (MP) para denunciar su desaparición.

Contó que los funcionarios le dijeron que tenían que pasar más horas, pues podría estar con el novio o de fiesta con los amigos. A esa hora, el cuerpo de Diana ya estaba en el Forense del Centro de Justicia Neza-Palacio.

Lidia Florencio no fue notificada de que en Nezahualcóyotl había un cuerpo con las características de su hija. El MP de Chimalhuacán aceptó iniciar la indagatoria, luego de que el teléfono de Diana fue contestado por una voz masculina quien dijo a Lidia que él compró el aparato aquel domingo en un tianguis de Chicoloapan.

Cinco días después, otra de sus hijas, Laura, acudió a Nezahualcóyotl a entregar un oficio para que las autoridades rastrearan las llamadas del teléfono celular de su hermana. Se le ocurrió preguntar que si no había una chica con las características de mi hija; desgraciadamente ahí estaba, indicó Lidia Florencio.

Aquel domingo, cuando hallaron a a Diana y se abrió la carpeta de investigación, las autoridades dijeron que era hombre. Decían que la persona asesinada era travesti, recordó. Acusó que la carpeta de investigación estuvo dos meses y medio en Chimalhuacán y nada se hizo; luego, la carpeta se envió a la Fiscalía de Feminicidios en Tlalnepantla y después de otros dos meses no hubo avances en la investigación.

En la fachada de la casa aún hay grava y arena. Su padre, Jairo Velázquez Ramírez, le construyó un cuarto. Lo acabábamos de hacer para ella, dijo su progenitor, quien exigió justicia para todas las mujeres que han sido asesinadas en la entidad.