Opinión
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Ciudad Perdida

Las consecuencias de la alianza

Ambición perredista y agandalle panista

Tremor en el Infodf

U

no de los secretos del posible éxito de una alianza de partidos en contra de Andrés Manuel López Obrador era que el candidato fuera independiente, es decir, sin militancia partidista. Otro factor era que en esa alianza también figurara el PRI. Ninguna de las dos opciones ha sido descartada, hasta ahora.

Eso fue lo que no entendieron los negociadores del PRD y dejaron pasar la opción Anaya, que se ha constituido como la enemiga principal de la alianza, que cada día sufre algún desprendimiento costoso, traducido, por supuesto, en menos votos para la propuesta panista.

Y es que pese a la alianza, en la propuesta nacional los amarillos no aparecen, mientras en la contienda por la Ciudad de México los azules parecen estar fuera de la mira de Alejandra Barrales, es decir, el botín se repartió tal y como estaba previsto: sin mayores protestas en un lado o en el otro.

Lo que no se consideró por los negociadores es que los acuerdos de cúpula no tienen por qué respetarse en las bases, y hoy los brincos, o las renuncias, como usted quiera llamarlos, debilitan la opción y ponen en entredicho el futuro del candidato panista a la Presidencia de la República.

Toda esta situación adversa proviene de la falta de visión política, de la ambición en el PRD y del rabioso agandalle de los panistas, que supusieron que la oferta con una alianza espuria podría ser la solución –siempre que ellos la encabezaran– frente a un electorado que a final de cuentas no sabe a ciencia cierta qué ofrece ese chilaquil que sea diferente a lo que ofrecen otras organizaciones de derecha.

Por lo pronto, no han logrado encontrar en esa alianza la forma de decirle al electorado, y menos aún de convencerlo, de que un gobierno como el que ellos proponen será diferente a las locuras de Vicente Fox o a la perversidad de Felipe Calderón, cuyos gobiernos no fueron diferentes a los que se vivieron con el priísmo, por lo que a final de cuentas no se propone, de verdad, ningún cambio.

El PAN se desmorona, el PRI no tiene candidatos –sólo burócratas con ambiciones de poder–, y nadie podrá creer que alguno de ellos sea capaz de ganar una elección. Por eso es que tanto en el PRD como en el PAN piensan que Ricardo Anaya representa el fracaso y quieren tocar la única puerta que les queda antes del desastre total.

El único candidato que se ha fortalecido con el paso del proceso electoral es Andrés Manuel López Obrador, quien hoy recibe a los disidentes de todas las corrientes del pensamiento político, con una propuesta tan urgente como vieja: parar el desastre del país que construyeron sus opositores.

De pasadita

Las condiciones que se han impuesto desde la ALDF para seleccionar a los próximos consejeros del Infodf, que habrá de ser uno de los puntales en el combate a la corrupción, ha dejado al consejero presidente, Mucio Israel Hernández, en una situación muy difícil para seguir en el cargo. Por un lado, hay nombres de los posibles magistrados que provienen de otro de los enjuagues del diputado Mauricio Toledo; por el otro, resulta que el organismo no tiene dinero para pagar el salario de los dos nuevos magistrados que se le quieren imponer, porque no se autorizó el presupuesto necesario para hacer frente a las nuevas designaciones.

Así que Mucio, nos cuentan, piensa muy seriamente en dejarles su organismo para que se hagan bolas con sus acuerdos y retirarse antes de que el Infodf se vuelva un desastre. Lo malo es que a lo mejor cuando en las áreas de gobierno se den cuenta de lo que está pasando ya sea muy tarde y Mucio ya haya emprendido el vuelo. Aguas.