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El Departamento de Comercio propone imponer restricciones

Importaciones de aluminio y acero, en la mira de EU

Hay 3 opciones: arancel de 24%, tributo a países específicos o cuotas

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El Departamento de Comercio de Estados Unidos hizo recomendaciones al presidente Donald Trump para restringir las importaciones de acero y aluminio, lo cual podría aumentar las tensiones con China y otros socios comercialesFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Sábado 17 de febrero de 2018, p. 23

Washington.

El Departamento de Comercio de Estados Unidos recomendó al presidente Donald Trump imponer fuertes restricciones a las importaciones de acero y aluminio, aduciendo razones de seguridad nacional.

La propuesta incluye tres opciones: imponer aranceles sobre todas las importaciones de acero y aluminio, tributos más altos para países específicos o cuotas a las importaciones.

Las opciones fueron expuestas por el secretario de Comercio, Wilbur Ross, en enero para proteger la producción estadunidense y la seguridad nacional.

Las importaciones de acero y aluminio amenazan con perjudicar nuestra seguridad nacional, por eso recomendamos esos tres remedios alternativos, dijo Ross en una conferencia telefónica. Explicó que las medidas fueron diseñadas de forma tal que los países afectados no las eludan por conducto de terceras naciones.

Las recomendaciones reveladas por el secretario Wilbur Ross probablemente aumentarán las tensiones con China y otros socios comerciales, apuntaron las agencias de noticias Ap y Afp.

China y Rusia son los objetivos principales, pero muchos otros países están expuestos a las sanciones sugeridas, las cuales, en caso de ser aplicadas, podrían generar una guerra comercial.

La presentación de la llamada Sección 232 de Comercio, que contiene una revisión de las dos industrias, contempla opciones arancelarias globales de al menos 24 por ciento para importaciones de acero, cualquiera sea el país de origen, en una primera opción.

Otra sería aplicar una tasa de al menos 53 por ciento a importaciones provenientes de una docena de países, entre ellos Rusia, China, Brasil, Corea del Sur y Turquía.

La tercer opción es la de aplicar una cuota de importación equivalente a 63 por ciento de las importaciones provenientes de cada país con base en las cantidades del año pasado.

Las propuestas para el aluminio son similares con una tarifa mínima de 7 por ciento para todos los países o de al menos 23.6 por ciento para el proveniente de China, Hong-Kong, Rusia, Venezuela y Vietnam. La opción de una cuota por país sería de 86.77 por ciento de lo importado en 2017.

Las recomendaciones fueron presentadas a Trump luego de que autorizó investigar la situación de las industrias bajo una ley comercial de 1962 que no ha sido aplicada desde 2001. Tiene hasta el 11 de abril para anunciar su decisión sobre el acero y hasta el 20 de abril para decidir sobre las del aluminio.

Si Trump adopta una de esas opciones, se arriesga a desatar una guerra comercial que involucraría a varios de los principales socios comerciales de Estados Unidos. Además, sería una perla más en el collar de medidas proteccionistas tomadas por su gobierno desde que se instaló hace un año.

El secretario de Comercio de Estados Unidos, Wilbur Ross, hizo hincapié en que Trump tiene la última palabra, incluida la de excluir a ciertos países, como los aliados de la OTAN, de cualquier acción. El presidente tiene la discreción de modificar cualquiera de estas (recomendaciones) o de hacer algo totalmente diferente, dijo a periodistas.

Ross dijo que no se sorprendería si los países desafían las medidas con reclamos ante la Organización Mundial del Comercio.

Explicó que las medidas buscan aumentar el uso de la capacidad instalada estadunidense a un 80 por ciento para cada industria desde el 48 por ciento actual en aluminio y el 76 por ciento en acero.

La productora de aluminio Alcoa dijo en un comunicado que las acciones comerciales de Estados Unidos deberían enfocarse en el exceso de capacidad de China y no penalizar a las naciones que cumplen con las reglas.

Algunos legisladores estadunidenses y compradores de acero y aluminio han pedido cautela ante cualquier restricción para evitar interrupciones o subidas de precios en las materias primas que se usan en todo, desde automóviles hasta electrodomésticos, aviones y construcción.