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Los movimientos Time’s Up y #MeToo son necesarios, aunque tardíos

Linchamientos mediáticos, injustos; que los juicios sean en tribunales: Bardem
 
Periódico La Jornada
Miércoles 7 de marzo de 2018, p. 8

Madrid.

Javier Bardem no se caracteriza por su corrección política, sino por su franqueza, aunque eso lo lleve a ir a contracorriente. Cuando muchos se desmarcan del director Woody Allen por acusaciones de abuso de su hija, el actor español aseguró que volvería a trabajar con él. Bardem habló de este tema al comentar el impacto que están teniendo campañas para denunciar los abusos sexuales y defender la igualdad en la industria del cine como Time’s up o #MeToo, movimientos que el actor español ha definido como necesarios, aunque lleguen tarde.

En su opinión, cuando hay cambios sociales que han venido para quedarse, para cambiar el curso de la historia, que ojalá sea el caso, tienden siempre a extremarse. Ahora estamos en un momento muy susceptible y esto del juicio mediático, del linchamiento público, tiene muchísimo peligro. Es parte de ese proceso, pero es justo ahora cuando hay que reconocer ese riesgo, explicó el actor en entrevista en Madrid, durante la presentación de su nueva película, Loving Pablo, en la que da vida al colombiano Pablo Escobar.

Cada vez que se señala a alguien en un medio, ¿esa persona ya es culpable? Se le está negando la presunción de inocencia. Hay que traer las pruebas y evidentemente, cuando se demuestre que es así, que la ley le caiga encima, agregó el actor, quien comparte cartel con su esposa Penélope Cruz. Para Bardem, hay que poner luz y taquígrafos en cada denuncia, pero no nos confundamos, advierte, pues se puede producir mucho dolor innecesario a mucha gente que a lo mejor sí es inocente o no. Eso lo tienen que decidir los jueces en un tribunal.

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Javier Bardem protagoniza la película Loving Pablo, basada en la vida del narcotraficante colombiano Pablo Escobar. El actor aseguró que volvería a trabajar con Woody Allen, acusado de abuso sexualFoto Dpa

Fue procesado en dos estados

Con estas palabras era inevitable recordar el caso de Woody Allen, a cuyas órdenes Bardem se puso hace 11 años en Vicky, Cristina, Barcelona. Allen, recordó Bardem, “estuvo procesado por dos estados, si no me equivoco el de Connecticut y Nueva York, y fue declarado no culpable.

A eso me remito. No voy a decir, porque no lo sé, si el juez estaba equivocado o no, explicó. No obstante, aseguró que es partidario de que se reabra el caso si las autoridades lo consideran oportuno y se demuestre con pruebas fehacientes la inocencia o culpabilidad de este señor. Lo demás es un juicio mediático que no creo que sea justo para él ni para nadie.

Con esas premisas, colaboraría de nuevo si le interesara lo que le ofrece, pero si se demuestra que es culpable, no volvería a trabajar con él. Bardem se desmarca así de numerosas figuras de Hollywood que han dado la espalda al director neoyorquino, de 82 años, como el actor británico Colin Firth y las actrices Mira Sorvino, Greta Gerwig y Ellen Page, entre otros.

Su esposa en la vida real y su pareja en la película, Penélope Cruz, quien ha apoyado los movimientos Time’s Up y #MeToo, evitó profundizar en el asunto. Con temas tan delicados creo que cada caso es único y si hay uno en el mundo que alguien sienta que no está resuelto, que se vuelva investigar. Es la única respuesta que puedo dar, dijo.

Loving Pablo, cuyo estreno mundial fue en el Festival de Venecia, se basa en la vida del narcotraficante Pablo Escobar.